La primera en reaccionar fue la parlamentaria Elena Corregido (Frente
de Todos): "No podemos consentir que un prófugo de la Justicia
argentina, donde existe la democracia y se respeta el Estado de Derecho,
esté sentado aquí decidiendo cuestiones vitales para los países de la
región", advirtió, y fue aplaudida.
Pero el llamado de atención vino
también desde adentro de Juntos por el Cambio, cuando María Luisa
Storani subrayó que, como vicepresidenta de la UCR y en nombre del
partido, le pedía "encarecidamente" "que se presente ante la Justicia".
Este jueves la Comisión de Presupuesto y Etica votaría un dictamen para
expulsarlo del cuerpo. A diferencia de sesiones anteriores del Parlasur
esta fue presencial, por eso causó mayor perplejidad la aparición en
persona del exoperador macrista. En otra ocasión se había metido en el
Zoom, algo que era más esperable. Después de escuchar a Corregido, pidió
derecho a réplica. En un comienzo, el presidente del parlamento, el
paraguayo Tomás Bittar, atinó a permitirle hablar, pero despertó el
enojo de varios miembros que estallaron en cadena. Pepín aprovechó para
colar unas palabras, pegado al micrófono, lo que hacía que su voz
retumbara por demás mientras despotricaba ironías sobre el "espíritu
democrático y republicano". "¡No estoy prófugo!", gritaba. Bittar,
desbordado y enojado, llamó a un cuarto intermedio después del cual
Rodríguez Simón insistió: "¿Entonces tengo mis tres minutos?". Frente a
su pregunta volvió a resonar el rechazo en la sala, con silbidos y
abucheos. Oscar Laborde (Frente de Todos) tomó la palabra y recordó que
está todo dado para que el jueves se reúna la Comisión de donde saldrá
el dictamen con una propuesta sobre el futuro de Rodríguez Simón. La
posición mayoritaria propone expulsarlo y la minoritaria tolera su
permanencia. "Que se inhiba de hablar hasta que la comisión se expida",
pidió Laborde. Ahí Bittar, ya con decisión, omitió a Pepín, que se
enfureció.
Lo que probablemente el exasesor de Mauricio Macri no
esperaba fue la exposición que vino apenas después. "Como vicepresidenta
de la Unión Cívica Radical recientemente asumida, quiero pedirle al
señor Rodríguez Simón, porque además es miembro de un partido político
del cual formamos coalición con el radicalismo, que se presente en la
Justicia argentina, que en la Argentina se vive un Estado de Derecho y
que él tiene la posibilidad de defenderse", planteó ante el parlamento
María Luisa Storani. Repitió esta última frase con un subrayado: "le
pido encarecidamente". Después de eso a "Pepín" no le quedó otra opción
que retirarse del recinto.
La situación del operador
Rodríguez
Simón se escapó a Uruguay hace un año y cuatro meses, tras quedar
imputado en una causa donde se le atribuyen amenazas y extorsiones a los
accionistas del Grupo Indalo, que muestra cómo funcionaba la mesa
judicial macrista. A la jueza María Servini le presentó pasajes dando
cuenta de su supuesto regreso, pero se quedó en el país vecino y allí
pidió refugio ante el llamado a indagatoria de la magistrada. Alegó ser
un "perseguido político". La Comisión de Refugiados (CARU) uruguaya
rechazó el pedido de asilo, pero la última palabra la tiene la Justicia
de Uruguay, que aún no resolvió si lo reconocerá como refugiado (pese al
rechazo del organismo especializado) ni qué hará con el pedido de
extradición. Pepín tiene pedido de captura internacional, también de
extradición y prohibición de salir de Uruguay.