Se trata de uno de los dos fondos más duros en las negociaciones con
mayor cantidad de títulos defaulteados en sus manos por lo que de
prosperar el entendimiento la Argentina comenzará a ponerle fin al
default en forma definitiva.
McGill describió el principio de
acuerdo como una "transacción de 5.000 millones de dólares", pero luego
agregó que las partes necesitan más tiempo para concluirlo, precisaron
agencias internacionales de noticias que cubren el litigio.
El
Gobierno argentino ya había llegado a un arreglo con otro grupo de
bonistas, a los que se comprometió a pagarles 15 mil millones de dólares
en efectivo, monto que piensa conseguir emitiendo un bono en el mercado
de capitales, algo que hoy tiene vedado por la aplicación de la
cláusula pari passu. Para avanzar en estos acuerdos, el Congreso
nacional debería derogar las leyes de Pago Soberano y Cerrojo, que
impiden hasta el momento mejorar la oferta de los buitres.