La investigación, realizada por Demian Panigo, Sergio Rosanovich,
Fernando García Díaz y Pilar Monteagudo, estudia el impacto de las
medidas en el alza de precio y discrimina según los estratos más altos o
más bajos de la sociedad; es decir, según quienes tienen mayores o
menores ingresos.
Según el relevamiento, la clase media no será
impactada por la modificación del Impuesto a las Ganancias o la
devolución del IVA. Además, se subraya que para no perder poder
adquisitivo estos sectores "requerirán incrementos salariales en torno
al 40%", muy lejos del 25% calculado por Alfonso Pray Gay necesario
"para preservar su ancla nominal y evitar así nuevas expectativas de
devaluación que sumerjan a la economía durante más tiempo en el actual
proceso de inflación con depresión de la actividad económica".
De
acuerdo al estudio, la caída de poder adquisitivo de todos los
habitantes de la Ciudad fue, en promedio, 16,3% entre noviembre y marzo.
Sin embargo, los números difieren cuando se segmenta la población según
ingresos. Así, los sectores de altos ingresos perdieron un 11% desde
que comenzó este nuevo ciclo económico, mientras que los sectores más
desfavorecidos sufrieron una merma del 23,8% de su poder de compra.
Los
investigadores advierten la necesidad de compensar con medidas de
salario indirecto para retrotraer la situación, ya que el Gobierno
nacional plantea usar el salario real como ancla de la inflación, de la
misma forma que antes el kirchnerismo usó las tarifas congeladas y el
dólar para frenar la escalada inflacionaria. Sin embargo, el panorama no
parece muy alentador, ya que una de las medidas propuestas por la
Rosada, el aumento del mínimo no imponible de Ganancias, apenas alcanza a
los salarios medios y altos y no a las clases populares.
El
estudio señala que la devolución de IVA para los productos de la canasta
básica tendrían un impacto muy acotado ya que el 90% del dinero que
ingresa a esas familias vía Asignación Universal por Hijo se gasta en
efectivo, por lo que el uso del posnet (tarjeta de débito) en la
economía popular no está tan instalado como para que genere un beneficio
importante.