En medio de las investigaciones judiciales, el empresario dejó de lado sus responsabilidades al frente de Clisa y Benito Roggio e Hijos
Luego de que el juez Claudio Bonadio homologara el miércoles su
presentación como imputado colaborador en la causa judicial de
cuadernos, Aldo Roggio renunció a la presidencia de dos de sus empresas,
Benito Roggio e Hijos S.A. y Clisa, Compañía Latinoamericana de
Infraestructura & Servicios.
Según hizo público el Grupo Roggio,
el empresario "aportó datos concretos sobre el sistema que tuvo que
afrontar en Metrovías, perteneciente al grupo que conduce".
En
dos cartas dirigidas a la Comisión Nacional de Valores, la Bolsa de
Comercio de Buenos Aires, Bolsas y Mercados Argentinos y Mercado Abierto
Electrónico, y fechadas ayer, se explica que el empresario cordobés "ha
presentado su renuncia al cargo de Presidente y Director propiciando la
actuación de la misma, ratificando el camino de progreso y fomentando
su desarrollo".
En Benito Roggio e Hijos, su puesto pasará a ser
ocupado por su hermana, Graciela Amalia Roggio; y en Clisa por Alberto
Verra, hasta hoy vicepresidente de la compañía.