
El documento final del G20 terminó por demostrar que el cambio climático es una de las mayores grietas entre los mandatarios de las principales economías del mundo.
Mientras que el punto 20 sostiene que "los países que suscribieron el Acuerdo de París reafirman que es irreversible" y ratificaron que "lo implementarán por completo", el punto 21 hace mención a que "los Estados Unidos reiteran su decisión de retirarse" del mismo y afirman su "fuerte compromiso con el crecimiento económico" y su derecho a "utilizar todas las fuentes de energía" en busca de ese objetivo.
El cambio climático fue abordado por primera vez en 2008 en el 
comunicado oficial del G20. En 2017, la temática fue integrada al 
trabajo formal del Grupo de Trabajo de Sustentabilidad y este año, 
durante la presidencia argentina, fue tratada por primera vez por un 
grupo específico.
Una brecha que nació en 2017
En junio de 2017, 
el presidente Donald Trump anunció que retiraba a EEUU del histórico 
acuerdo mundial de 2015 para luchar contra el cambio climático, 
ignorando las peticiones de aliados y líderes empresariales y cumpliendo
 uno de sus principales compromisos de su campaña.
"Nos vamos", dijo 
Trump en una ceremonia en los jardines de la Casa Blanca, en la que 
criticó las "draconianas" cargas financieras y económicas del denominado
 Acuerdo de París. El mandatario sostuvo que lo decidido representaba 
“una reafirmación de la soberanía estadounidense".
Aliados de EEUU expresaron su consternación con la decisión de Trump, especialmente Francia, Alemania e Italia.
Trump
 recurrió al lema de "Estados Unidos, primero", que usó en su campaña a 
la presidencia. "Fui elegido para representar a los ciudadanos de 
Pittsburgh, no de París", dijo.
"No queremos que otros líderes y 
otros países se rían más de nosotros. Y no lo harán", agregó Trump. "Con
 el objetivo de cumplir mi solemne obligación de proteger a Estados 
Unidos y sus ciudadanos, Estados Unidos se retirará del acuerdo 
climático de París".

