Los aumentos de luz y gas anunciados este jueves destaparon algo que se venía comentando hace varias semanas tanto en el Gobierno como en el sector energético: Javier Iguacel tendría las horas contadas al frente de la cartera por un pedido expreso de Paolo Rocca, el dueño del Grupo Techint. Así le confirmaron a LPO tanto fuentes de las principales petroleras como allegados a la Casa Rosada y hasta miembros de la propia Secretaría de Energía que dan por hecho su salida. Sucede que ante la exigencia del FMI, el funcionario tuvo que asumir el difícil rol de cambiarles las reglas de juego a las productoras gasíferas, aplicando un fuerte recorte de los subsidios que recibían por el gas de Vaca Muerta.
Entre ellas, Tecpetrol -la petrolera del holding ítalo argentino- acaparaba prácticamente la mitad de las erogaciones del Estado y en consecuencia lideró la fuerte oposición a esta medida, amenazando con judicializar el diferendo.
'La negociación fue durísima, pero no les quedó otra que aceptar', confió a este medio una altísima fuente de la secretaría.
Sin
dudas, la firma de Rocca fue la estrella en materia gasífera en 2018,
donde a partir de su mega yacimiento Fortín de Piedra, más que duplicó
su producción. Es por eso que empieza el 2019 como la más perjudicada al
fijarle como tope de subsidios el horizonte de producción estimado en
el proyecto original y no las cifras actuales que lo superaron con
creces.
No obstante, la medida afectó a toda la industria, tanto a
las empresas que ya estaban produciendo, como a las habían presentado
sus proyectos en tiempo y forma para que ingresen en el marco de la
Resolución 46 y puedan cobrar los respectivos subsidios. Este último
caso, situación dentro de la que se encontraba YPF, implicó un ajuste
mucho mayor, eliminando prácticamente los incentivos a la producción del
'nuevo gas'.
'En el sector lo veían demasiado ambicioso, con
anuncios desmesurados e incumplibles. No fue nada sido simpático para la
corporación petrolera y sobre todo le faltó mucha muñeca política,
déficit notable del Pro. El tema es que la baja de subsidio era una
pesadilla que había dejado Aranguren como herencia. Y si no se resolvía
corría riesgo la continuidad de Cambiemos. Hay que ver a que juegan los
muchachos de Techint. No creo que quieran el regreso de los K', indicó
una fuente proveniente del palo energético del radicalismo.
'El tipo
vino a hacer campaña para 2019 y se encontró con que no todo era
renovables y Vaca Muerta. Que estaba el trago amargo de las tarifas',
agregó otra fuente oficialista.
El lobby petrolero fue canalizado por
un sector del propio Gobierno liderado por Nicolás Dujovne que hace
rato se encuentra enfrentado por Iguacel y quieren aprovechar la
oportunidad para hacerle pagar el costo político de los recientes
aumentos.
'La relación con Dujovne es irreconciliable, se pelearon a
los gritos muy feo. El pico de tensión fue cuando Iguacel les compró
menos gas a Bolivia a lo guapo y los bolivianos le ejecutaron un aval
del Nación. Eso puso en riesgo el acuerdo con el FMI por cláusula de
default cruzado, lo que enfureció a Dujovne', explicó una alta fuente
del radicalismo.