por Mariano Cuparo Ortiz
Durante 2018 se perdieron 604 establecimientos lácteos
El consumo interno de leche cayó por tercer año consecutivo y consolidó una contracción de 10% durante el Gobierno de Cambiemos. El número no es sólo un indicador del nivel de actividad del sector lechero sino también una alarma respecto al deterioro social: se trata de un alimento clave en la dieta de las personas, especialmente los niños, y su consumo no debería mostrar caídas.
El consumo de leche fluida se redujo por tercer año consecutivo en los primeros once meses de 2018, según datos del Ministerio de Agroindustria. Si la comparación se realiza respecto del mismo período del año 2015, se nota un retroceso de 10% en las ventas. Un informe de la Universidad de Avellaneda (Undav) destacó: "Mermó notablemente el consumo de leche a partir del 2016. Es alarmante dada la magnitud y la constancia que ha mantenido la caída.
Dada la importancia que tiene la leche para una alimentación saludable y
nutritiva, esta baja implica un cambio forzado en los patrones de
consumo debido a que la leche es un producto básico e imprescindible y
con una baja elasticidad del precio de la demanda".
En 2016 la venta
interna de leche comenzó a dar datos negativos y registró una caída de
1,9% contra los niveles de 2015, que fue el último año en el que se vio
una mejora de la producción del sector y en el consumo per cápita. En
2017 la cuestión empeoró y la contracción fue de 7,1%. El remate lo dio
el 2018, con una nueva merma de 1,3%. El total de esas caídas (no se
suman matemáticamente sino que se acumulan y por ende la de 2017 es
sobre una base ya menor y así sucesivamente) arrojó el registro de un
consumo 10% menor en 2018 de un alimento fundamental en la alimentación,
especialmente de los niños.
Pero además, las ventas de lácteos se
redujeron en casi todos sus subproductos durante 2018: la leche en polvo
cayó 8,4% interanual, los yogures y otras leches fermentadas 5,5%, los
postres y flanes 6,2%, la crema 4,2%, las leches chocolatadas o
saborizadas 6,4% y la manteca 3,3%. Sólo creció la venta de quesos, al
2,7%, y de dulce de leche, al 5,2%.
La contracción del consumo
interno pegó fuerte sobre la producción. Desde el cambio de gobierno, la
producción de leche promedio los 859 millones de litros mensuales, esto
es, 14,6% menos que los producidos durante el 2015 (1.005 millones),
tal como destacó la Undav.