En ese marco, Kicillof agradeció a Cristina Fernández de Kirchner “por
la visión estratégica y la generosidad que ha tenido con todos
nosotros”; a Alberto Fernández, por “su compromiso y trabajo”; a
Verónica Magario, “por la confianza, y porque hizo la proeza de hacer
una campaña y al mismo tiempo, ser intendenta de La Matanza, el
municipio más grande la Argentina”. A los intendentes de la Provincia:
“por haber puesto el cuerpo, la inteligencia y el sacrificio. A nuestros
candidatos, al equipo de campaña, a mi compañera y a mis hijos”.“Fue
una campaña que se trató de recorrer, escuchar, ser solidarios y tender
puentes; de cerrar esa grieta que querían crear para que no le
pudiéramos hablar a otro argentino”. Una grieta, que aseguró no haber
visto “en ningún lado de la Provincia de Buenos Aires”. El candidato
subrayó, además, que la campaña se llevó a cabo: “sin falsas promesas,
sin engaños, sin agresiones y sin campaña sucia” porque “no vale
cualquier cosa para conseguir un voto”.
“Hoy estamos atestiguando el
fracaso de Macri y Vidal, no solo un fracaso económico respecto de lo
que ellos prometían, sino un fracaso en una forma de concebir y
gobernar”, señaló Kicillof.
Y agregó: “No es que por haber votado
al Frente de Todos la economía iba mal, sino porque la economía iba mal,
castigaron al trabajador, al jubilado, al maestro, a la maestra; y
nuestra sociedad no dijo ‘que se vayan todos’, votó al FDT”.
“Venimos
a reparar lo que rompieron, a recuperar los derechos que sacaron, a
acompañar a los que sufren y sufrieron, y después de eso venimos a
integrar a la Provincia de Buenos Aires para devolverle su identidad”,
expresó Kicillof.
En este sentido, destalló que su modelo de país
es “un proyecto de todos y para todos, con los productores rurales, con
los maestros y maestras, con los trabajadores, y con los empresarios
nacionales”.
“Queremos una Provincia distinta, más justa; y esa Provincia está llegando”, concluyó Kicillof.