
A su vez, en varios rubros las ventas continúan prácticamente 
paralizadas ya que los proveedores no entregan insumos por la ausencia 
de precios de referencia. En ese contexto, la nueva unidad de 
renegociación de precios que encabeza el titular de Aduana Guillermo 
Michel inició reuniones con empresas de consumo masivo para tratar de 
contener las subas otorgando incentivos impositivos. Las petroleras PAE 
(Axion), Raizen (Shell) y Trafigura (Puma) aplicaron este miércoles un 
ajuste promedio de 12,5 por ciento en el surtidor. En Shell, por 
ejemplo, el litro de nafta súper en la Ciudad de Buenos Aires ahora 
cuesta 250 pesos, el de Premium 345 pesos, el gasoil súper 281 pesos y 
el gasoil Premium 362 pesos. Es el segundo aumento del mes ya que el 1 
de agosto habían subido sus precios un 4,5 por ciento como parte del 
acuerdo que tenían con el gobierno y que ahora ya está caído. YPF 
todavía no ajustó sus precios. El staff técnico recomendó alinearse con 
el resto de las empresas, pero la orden política que bajó del gobierno 
nacional fue no aumentar. Habrá que ver por cuanto tiempo mantiene esa 
postura porque si la brecha de precios con la competencia se mantiene en
 estos niveles se incrementará notablemente la demanda de combustibles 
en sus estaciones de servicio y terminará quedándose sin stock de 
combustibles.
En el caso de los automóviles lo primero que ocurrió es
 que se suspendieron todas las ventas por falta de precios y en las 
últimas horas las terminales comenzaron a aplicar ajustes que van desde 6
 al 17 por ciento, según los modelos. Por ejemplo, el Peugeot Partner y 
el Citroën Berlingo aumentaron 6 por ciento, el Citroën C4 Cactus Shine 
aumentó 8 por ciento, mientras que el Fiat Cronos subió un 17 por 
ciento.
El kilo de pan también aumentará a partir de este jueves. 
Martín Pinto, titular del Centro de Panaderos de Merlo, aseguró que las 
panaderías que integran la entidad decidieron “aumentar el kilo de pan 
un 15 por ciento, así que pasará a costar 800 pesos”. El empresario 
justificó el ajuste al decir que la harina aumentó un 30 por ciento, la 
materia grasa un 25 por ciento y la levadura un 15 por ciento más. “Este
 será el precio mínimo sugerido, pero queremos aclarar que, si se siguen
 dando aumentos en nuestras materias primas, nos vamos a ver obligados a
 volver a aumentar nuestros productos", puntualizó. Por su parte, Raúl 
Santoandré, presidente de la Federación Industrial Panaderil de la 
Provincia de Buenos Aires (Fippba) también anticipó un aumento de 25 por
 ciento. ”A partir del lunes el kilo aumentará unos 200 pesos 
aproximadamente y se iría de un precio promedio de 750 a 950 pesos”, 
remarcó.
En el sector de la construcción, los corralones tuvieron que
 paralizar las ventas ya que los proveedores que les brindan los 
materiales de obra no están haciendo entregas por la ausencia de precios
 de referencia. "Estoy abierto, pero tengo mercadería que no tiene 
precio, por lo que no tengo forma de vender", aseguró Alejando, dueño 
del corralón Construtodo, a radio Splendid. "Estamos angustiados como 
comerciantes porque no sabemos cómo reaccionar porque no queremos 
perjudicar a los clientes. No hay precios porque las fábricas 
suspendieron las ventas. El proveedor no vende, no entrega mercadería ni
 te pasa el precio", agregó. El comerciante aseguró que los precios que 
sí le pasaron contemplan aumentos de hasta un 25 por ciento.
En las 
casas de electrodomésticos también retiraron muchos productos de la 
venta al no tener claro cuál va a ser el costo de reposición de esos 
bienes. El presidente de la Federación de Electrodomésticos de 
Argentina, José Lilino, reconoció que "las empresas proveedoras en su 
mayoría suspendieron las ventas porque que no tienen claridad de 
precios". Al ser consultado sobre cuánto podrían aumentar los productos,
 adelantó que este jueves "hay reunión entre las grandes empresas y la 
Secretaría de Comercio para fijar precios y se habla de aumentos de 
entre el 30 y 40 por ciento". Ni siquiera están trabajando los 
instaladores de muchos de esos artefactos hogareños. Por ejemplo, el 
service oficial de BGH suspendió las instalaciones de aires 
acondicionados porque afirman que “no tienen precios de insumos clave 
como el cobre”.
En los comercios minoristas del barrio de Once la 
situación es similar. Varios comercios cerraron sus puertas a la espera 
de que se estabilice el tipo de cambio, otros sacaron los precios de 
muchos de sus productos y no los venden, otros ajustaron los valores 
hasta 30 por ciento y otros dejaron los valores viejos, pero aclaran con
 algún cartel que a todos los precios se les debe sumar un 20 o un 30 
por ciento, según el caso. 

