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porcentuales desde el último trimestre de 2023 al promedio del segundo 
trimestre de 2024. En sólo seis meses el desempleo pasó de afectar a un 
5,7% de la población económicamente activa hasta un 7,6%. Durante el 
primer trimestre del año, el desempleo alcanzó al 7,7% de las PEA lo que
 indica un amesetamiento del fenómeno e incluso una leve recuperación 
del empleo que, en rigor, responde a la estacionalidad propia del 
mercado de trabajo entre los primeros tres meses y los segundos de cada 
año. Si la comparación se realizará en forma interanual el desempleo 
escaló 1,4 puntos porcentuales desde el 6,2% que marcó en el segundo 
semestre de 2023. Así las cosas y tomando en cuenta la tasa de actividad
 del 48,5% que marcó el período se trata de casi 1,8 millones de 
personas que buscan empleo y no lo consiguen. Por eso, y tomando en 
cuenta una tasa de actividad del 48,6% en el cuarto trimestre de 2023, 
se trata de 440 mil nuevos desempleados en apenas seis meses, a razón de
 2450 nuevos desempleados por día.
Salto histórico
Para encontrar 
un deterioro del mercado de trabajo tan profundo y acelerado en un 
período de seis meses, dejando de lado el dato del primer trimestre que 
resultó idéntico, habría que retroceder hasta el segundo trimestre de 
2020 cuando, en el peor momento de la pandemia y las restricciones 
sanitarias, el desempleo escaló hasta el 13,1% de la población 
incrementándose 4,2 puntos porcentuales con relación al último trimestre
 del año anterior.
En condiciones normales, otro salto similar se 
produjo en el segundo trimestre de 2018 cuando el desempleo escaló 2,4 
puntos llegando al 9,6% desde el 7,2% del último trimestre de 2017. En 
ambos casos se trata de una suba de la cantidad de trabajadores 
desempleados del 33%. Sin embargo, en aquel momento, la tasa de 
actividad se ubicaba en un 46,4% y, por lo tanto, en términos absolutos 
el registro de trabajadores que perdieron sus trabajos resulta inferior.
Menos ingresos más búsqueda de empleo
La
 suba de la tasa de actividad que se encuentra en máximos históricos, 
además, refleja el deterioro de los salarios y los ingresos en general. 
Es que el crecimiento de la población económicamente activa indica que 
los ingresos de los jefes de familia ya no alcanzan para sostener al 
núcleo familiar y más integrantes del mismo se ven obligados a 
incorporarse al mercado de trabajo.
De hecho, y en la misma línea, 
los ocupados demandantes de empleo llegan al 16% mientras los 
subocupados demandantes (que trabajan menos de 35 horas semanales y 
desean hacerlo más horas) llegan al 8,1% de las PEA cuando, hace seis 
meses eran el 15,5% y el 6,8% respectivamente.
Más precarización 
Desde
 el punto de vista de la informalidad, resulta que el 36,3% de los 
trabajadores asalariados revisten dentro de la categoría “sin descuentos
 jubilatorios”, es decir no se encuentran registrados debidamente. Se 
trata de un incremento de 0,7 puntos porcentuales con relación al primer
 trimestre del año pero una contracción de 0,6 puntos con relación a lo 
que ocurría un año atrás y 2,1 puntos porcentuales por arriba del 
promedio de los últimos ocho años.
A la hora de analizar el fenómeno 
del desempleo por regiones surge que en el conurbano bonaerense el 
desempleo afecta al 9,1% de la población, muy por encima del promedio. 
Se trata de la región más complicada detrás del Gran Resistencia donde 
el 11,1% de la población que busca empleo no lo consigue y el Gran La 
Plata donde el desempleo afecta al 9,9%.

