, acusando recibo de los ataques a las plantas de nucleares de Fordow,
Natanz e Isfahán. El breve mensaje de Teherán, en shock por el masivo
bombardeo ordenado por Donald Trump, se limitó a agregar que por el
compromiso "con la sangre de los mártires nucleares", Irán no cesará en
avanzar en sus intentos de enriquecimiento uranio, un proceso al que
siempre atribuyó "intenciones pacíficas", pero que para EE.UU. solo
persigue el fin de conseguir el arma atómica, como factor de poder en su
eterna guerra con Israel. Trump festejó el éxito de esta operación en
Truth Social con declaraciones que generaron mucha polémica: “Todos los
aviones regresan sanos y salvos a casa. Felicitaciones a nuestros
grandes guerreros estadounidenses. Ningún otro ejército en el mundo
podría haber hecho esto. ¡Ahora es la hora de la paz!””. En un
comunicado difundido por los medios estatales, la Organización de
Energía Atómica de Irán cuestionó lo ocurrido: “Al amanecer de hoy, los
sitios nucleares del país en Fordow, Natanz e Isfahán fueron atacados
por los enemigos de la República Islámica en un acto bárbaro que viola
el derecho internacional”. La Casa Blanca había anticipado el pasado 20
de junio que el presidente Trump tomaría “en las próximas dos semanas”
una decisión sobre si lanzaría una ofensiva que incapacitara a Teherán
para fabricar armas atómicas, por eso sorprendió al implementar la
medida solo 48 después de hacer esta declaración.
La comunidad
internacional a mostrado gran preocupación frente una situación que
podría volverse completamente incontrolable, especialmente porque ya se
han conocido respuestas a los bombarderos. “Ahora la guerra comenzó”,
dice el posteo publicado en la cuenta de la red social X asociada a la
Guardia Revolucionaria Iraní; mientras que uno de los líderes hutíes de
Yemen, Hazam al-Assad, advirtió que “Washington enfrentará las
consecuencias”.