No tiene muchos días de 400 millones de dólares. Con un agravante. Muy
nervioso, Toto Caputo dijo que va a vender todos los dólares que sea
necesario para mantener la divisa en el valor actual. Es decir, abrió
una oferta pública para comprar dólares a precio de regalo, porque todos
sabemos sumar y restar y es obvio que mas temprano que tarde se le van
terminar y se viene una devaluación. Ese es el nervio óptico de la
crisis en curso. La gobernabilidad en la Argentina se mide en reservas
del Banco Central. Otro error grave de Milei y Caputo fue creer que con
la flotación y las tasas endógenas se ahorraban el esfuerzo de sumar
reservas. Ahora tienen un problema económico que se convirtió en
político. El ancla son las reservas, no el streaming. Por eso, en los
últimos días se intensificaron las gestiones de Caputo ante el gobierno
de Donald Trump para que le liberen un préstamo directo. Pero el titular
del Tesoro, Scott Bessent, no está muy convencido y para sorpresa de la
Casa Rosada, el secretario de Estado, el halcón Marco Rubio, que
consideraban del "mismo palo", resultó el más férreo opositor al
salvataje económico al gobierno libertario.
El posible descalabro
económico del experimento libertario es un tema que la administración
republicana venía siguiendo con preocupación y por eso Bessent le
recomendó a Trump empezar a tomar cierta distancia sanitaria de su fan
sudamericano, como reveló LPO. Este miércoles, la titular del FMI,
Kristalina Georgieva, tuvo que atender de urgencia al número dos del
Tesoro, Dan Katz, para hablar sobre "el caso argentino". Katz es el
hombre que Trump propone para que sea su voz en el organismo. Es decir,
será clave para la Argentina en lo que suceda de ahora en adelante.
Un
error grave de Milei y Caputo fue creer que con la flotación y las
tasas endógenas se ahorraban el esfuerzo de sumar reservas. Ahora tienen
un problema económico que se convirtió en político. El ancla son las
reservas, no el streaming. Pero los problemas nunca vienen solos. La
gobernabilidad afectada por la corrida sobre el dólar, puede
fragilizarse aún más si Milei pierde las elecciones de octubre. Por eso,
importantes funcionarios iniciaron una serie de contactos exploratorios
para ver cómo podría estabilizarse el Gobierno luego de una elección
poco favorable. La idea central es recrear la alianza informal que le
dio sustento el primer año, que básicamente es Macri más los
gobernadores aliados.
Por eso, una idea en curso es elegir un nuevo
presidente de la Cámara de Diputados en lugar de Martín Menem, que
podría ser Cristian Ritondo, un guiño a Macri. Guillermo Francos y
Patricia Bullrich son los que más insisten internamente en la necesidad
de tener "un poco más cerquita" al ex presidente.
El segundo eje es
volver a los gobernadores aliados, hoy fragmentados en dos grupos: los
tres oficialistas que compiten con los colores de la Libertad Avanza
(Rogelio Frigerio, Leandro Zdero y Alfredo Cornejo) y los seis
opositores de Provincias Unidas (Nacho Torres, Martín Llaryora, Carlos
Sadir, Maxi Pullaro, Gustavo Valdes y Claudio Vidal). Se discute darles
la presidencia provisional del Senado que ocupa el libertario Bartolomé
Abdala y algunos ministerios que podrían crearse. Albertismo austríaco.
¿Alcanza
para estabilizar al Gobierno? No lo sabemos, pero no parece fácil que
aquellos que tomaron prudente distancia del experimento Milei se
acerquen a compartir costos después de una caída electoral.
Ahora,
hay que reconocer que la Argentina es un país fantástico. En semanas
pasamos de discutir el riesgo de la deriva autoritaria de un Milei
imperial, a debatir como se hace para estabilizar su gobierno en lo que
resta de mandato. Milei pasó de feroz amenaza electoral a lastre, como
explica el giro del radical De Loredo que peleaba porque lo metan en la
lista libertaria y ahora quiere "dejar pegado" a su rival Luis Juez con
el libertario.
El derrumbe se precipitó cuando la elección bonaerense
corrió el telón de la verdadera potencia electoral de Milei que venía
más inflada que los balances de Enron, por los encuestadores que lo
visitaban en Olivos.
Tenemos entonces un gobierno que hasta ahora
promedia los 30 puntos de intención de voto, con un presidente al que le
cuesta liderar, con una interna desatada entre Karina Milei y Santiago
Caputo que están tratando de encauzar por instinto de supervivencia y un
plan económico con las ruedas en llamas, mientras el Congreso acumula
votaciones -en contra- que superan holgadas los dos tercios. Fatal.
Las
dificultades para enhebrar un tejido de contención derivan hacia la
psicología de los personajes. En la tarde previa a la caída en
Diputados, Menem encabezó un zoom con los gobernadores más cercanos y
los ministros Caputo y Catalán. Uno de los gobernadores presentó una
propuesta para girarle fondos a las universidades y el Garrahan que no
tenía gran impacto fiscal, pero era un gesto a los diputados a los que
necesitan pedirles el voto. Increíblemente, Caputo accedió. Pero nunca
ocurrió. ¿Qué pasó? La respuesta es una síntesis de todo lo que está mal
en el Gobierno: "No se animaron a llevarle la propuesta a Milei".
El
tortuoso retroceso de los Menem que se cristalizó en el remplazo de
Lule Menem por la karinista Pilar Ramírez como jefa de campaña nacional
es otro ejemplo. Una vez tomada la decisión y filtrada a la prensa,
Karina se molestó por lo que consideró era un destrato público del
riojano y mandó al siempre dispuesto Manuel Adorni a desmentirlo en off
con los periodistas amigos. Excepto, que es verdad. ¿Conclusión?: la
confusión avanza.