Cristina, poco antes de la medianoche, contó en las redes: "Olivos,
pasadas las 10 de la noche. Llueve y no puedo evitar los recuerdos que
durante todo el día me persiguieron después de haber leído: “La edad de
la militancia”, una nota de opinión de Claudia Fernández Chaparro
publicada en Página/12 (Pág. 15)", del 31 de octubre.
"No conozco
a su autora, pero sí los hechos relatados, con tanta nitidez como si
pudiera verlos y sentirlos en lugar de leerlos", dijo en referencia al
episodio ocurrido hace 40 años.
En ese sentido, contó: "octubre
de 1974. Néstor viaja a Río Gallegos. Llevaba el cuerpo de su entrañable
amigo el ”negrito” Águila, militante peronista que había muerto luego
de una enfermedad, en La Plata, ciudad donde ambos habían ido a
estudiar".
·Como señala Claudia, a quién me gustaría conocer,
eran tiempos de fuerte agitación y de pasiones políticas. Pero el clima
se fue enrareciendo. En todo el país. En Santa Cruz también", agregó.
En
ese marco, Cristina explicó que "el 7 de octubre de 1974, Isabel Perón
interviene el Poder Ejecutivo provincial, destituyendo al Gobernador
Constitucional Jorge Cepernic. Sí, el mismo que Claudia recuerda, con
cierta amargura, ganando las elecciones del 11 de marzo 1973 con un
contundente 47,9% de los votos".
Y aclara: "Entendible la
amargura de Claudia a sus 8 años. Hija de militantes radicales junto a
los que participaba en actos, caravanas y volanteadas del partido. Sí,
Claudia tenía 8 años y se sentía militante del Partido Radical".
"Con
Néstor y el cuerpo de su compañero, llega a Santa Cruz la Intervención
Federal y fuerzas especiales al mando del Comisario Margaride", cuenta, y
enseguida amplió: "Margaride, nombre que tal vez muy pocos recuerdan,
pero que se hizo famoso en los años 60’ durante la dictadura de Onganía
por prohibir y perseguir a los que se besaban en las plazas. Que cosa
no? Parece que estuviéramos hablando del Medioevo. Pero no, hablamos de
la Argentina del Siglo XX".
Indicó además que "después se hizo
más famoso aún, pero por cosas peores. A partir de la intervención y de
la llegada de Margaride, comienzan las órdenes de detención para los
miembros de la Juventud Peronista que apoyaban al Gobernador
Constitucional. Néstor era uno de ellos".
Cristina recuerda
además que el ex presidente "llega a su casa y sus padres le dicen que
allanaron y que lo andan buscando. Néstor rápidamente se dirige a la
casa de distintos compañeros para avisarles que se vayan, que los van a
ir a buscar".
A la vez, señaló que "la última en ser avisada es
Lili Manteca Acosta, que junto a su compañero vivía en un departamento
de la Galería Roca, allí donde estaba la confitería Le Mans, propiedad
del padre de Claudia".
"Cumplida la tarea y sabiendo que
indefectiblemente lo iban a encontrar, decide ir a esperarlos a la
confitería, a escasos metros del portero eléctrico por el que había dado
el alerta a Lili.
No se equivocaba y no pasó mucho tiempo. Al
grito de “quien es Kirchner, quien es Kirchner”, la patota irrumpe
armada hasta los dientes en Le Mans", prosigue.
Señaló la
Presidenta que, aquella vez, "Néstor se para y dice: “Yo soy Kirchner”.
Fernández Nicolaides, dirigente radical y militante balbinista, intenta
defenderlo. Dardo Biele, otro radical que se encontraba en el local
junto a Néstor, también protesta. Se los llevaron a todos".
"Fernández
Nicolaides y Biele gritaban: “somos radicales!”. Fue inútil. Si estabas
junto a uno de la JP y además lo habías defendido, no había
salvoconducto posible", resalta.
En ese sentido, Cristina contó
que siempre se acuerda del ex presidente apenas regresado de La Plata:
"contándonos el episodio y riéndose. Nunca pudieron borrarle la alegría y
el optimismo. ¿Será por eso que habrá llegado a Presidente?", se
preguntó.
Al mismo tiempo evoca: "El tenía 24 años, la edad de
nuestra hija Florencia. Bastante más que los 8 años de aquella Claudia,
militante radical. También más que los 11 de Casey Wander, el nene
entrevistado por tv en el homenaje a Néstor, que hablaba con pasión y
convicción de sus ideas".
"Qué paradoja. Algunos maltrataron a
Casey cual Margarides contemporáneos. Por suerte ya no encuentran
policías para detenerlo y llevarlo preso por hablar de política", opinó
la mandataria.
Y agregó: "en realidad no se trata de suerte. Se
trata de otra Argentina. De cambio y nuevos tiempos. De Democracia en
serio y a fondo. Irreversible, como le gusta decir a algunos".
Por
último, Cristina dijo que también le gustaría conocer a Casey, dado que
"después de todo es más grande que Claudia cuando militaba en los 70’
en el Partido Radical".