Vanoli explicó que la operación con China “no sólo fortalece el nivel de
reservas, sino que implica que una serie de importaciones vinculadas a
obras de infraestructura y energía van a contar con financiamiento, en
particular la compra de trenes y la construcción de represas” (en
relación a las proyectadas en Santa Cruz, Néstor Kirchner y Jorge
Cepernic).
El titular del BCRA recordó que el acuerdo con el país
asiático es hasta 11 mil millones de dólares y lo que se hizo fue
“solicitar un primer tramo, que normalmente se acredita en 48 horas pero
en este caso fueron 24, luego de la conversación que tuvo la presidenta
Cristina Fernández con el primer ministro de China el martes pasado”.
Vanoli
agregó que el swap se concretó en yuanes, que es una moneda de reserva
internacional convertible, en distintas cuentas, tanto en China como en
el Banco de Basilea y en Hong Kong.
Destacó que “esto implica
tener cuentas de carácter operativo que permiten hacer pagos por las
operaciones y obras de infraestructura, tanto a importadores chinos como
para destinar una parte de estos fondos al pago de todo el componente
local, insumos, mano de obra y distintas contrataciones y locaciones de
servicios para estas obras en la Argentina”.
“Esto no quiere
decir que se vayan a tomar los 11 mil millones de dólares, pero es una
señal para el caso de ser necesario, ya que estamos asistiendo a
momentos muy volátiles en el plano internacional”, dijo el funcionario.
“En
función de como vayan impactando este tipo de contextos en nuestro país
se verá si es necesario, por fuera de lo que es el pago de las
importaciones, acudir a esta fuente de financiamiento”, reiteró.
El
presidente del Central agregó que “estamos abiertos a firmar distintos
tipos de acuerdo con países que quieran aumentar su grado de
acercamiento estratégico con la Argentina, que tengan un volumen de
comercio importante o la capacidad de ampliarlo y de hacer acuerdos
recíprocos de carácter financiero, como están firmando varios países del
mundo”.
Puso también de relieve que “esto se suma a una serie de
medidas tendientes a fortalecer el sector externo, como el acuerdo con
las cerealeras, que implica ingresos adicionales este trimestre por
1.500 millones de dólares”, para lo cual el jueves pasado se aprobaron
medidas tendientes a instrumentar ese compromiso mediante una letra o la
posibilidad de tener depósitos en dólares en bancos corresponsales del
BCRA.
“Todo esto -evaluó- ha configurado una situación donde
lentamente las expectativas se han revertido y empiezan a tener un
territorio favorable que se expresan en las distintas variantes del
dólar, como el contado con liquidación, que se redujo casi 2 pesos en el
último mes, lo mismo la operatoria con el dólar ilegal, cuando al
momento de asumir se hablaba del cotizaciones de 18 o 19 pesos por
dólar”.
Vanoli destacó que “estamos dando instrumentos
alternativos en moneda local” y resaltó la decisión de obligar a los
bancos a subir intereses a los depositantes, lo cual determinó que del 7
al 30 de octubre los plazos fijos subieran en 3 mil millones de pesos.
“Esto
lleva tiempo, pero hay signos de que las cosas están cambiando, aún en
el marco de una tormenta perfecta, con el fallo de Griesa, la fuerte
caída en el precio de los commodities, el menor crecimiento chino y la
contracción en Brasil, que afectaron la evolución del sector externo en
el segundo semestre”.
Vanoli ratificó luego que no habrá “ninguna
medida de restricción cambiaria adicional” o que modifique el régimen
de compra de dólares para atesoramiento.
Respondió por último a
quienes proponen un desdoblamiento cambiario, que “no está contemplado,
ya que alguna forma el dólar ahorro, los cargos en compras con tarjeta
de crédito o la política de reembolsos a algunas exportaciones y
retenciones determinan que la Argentina tiene tipos de cambio efectivos
distintos para distintas circunstancias de importación y exportación”.