En ese contexto, el jurista Julio Maier expresó: “No cualquier cosa es
un delito, hoy en día la política ha hecho de la justicia penal un
sanalotodo de todo problema que exista. Solo hay posibilidad de denuncia
cuando comienza, es lo que nosotros llamamos tentativa”.
“No me
imagino cómo se puede cometer un delito con una relación”, dijo Maier,
quien agregó: “Empezar a cometer un delito por un tratado, la verdad es
que a mí me conmocionó porque no puedo entenderlo sobre todo porque la
denuncia era dirigida a la máxima autoridad”.
Zaffaroni
planteó sus dudas porque Nisman “describe una conducta que no es
delito” porque “los actos preparatorios no son delito” y lo denunciado
“no llega a grado de tentativa”.
“Alguien lo determinó, alguien
le dio información falsa”, dijo el jurista sobre por qué Nisman hizo la
denuncia en enero, porque “nadie en 24 horas escribe 300 fojas” y “no es
cierto que eso lo hubiese determinado” por un posible apartamiento de
la causa, porque podría haberlo hecho como ciudadano”.
En ese marco, el ex juez de la Corte dijo: “Ahi hay algo raro, yo creo en la buena fe del señor Nisman”.
Por
su parte, el presidente de la Cámara Penal del Juicio a las Juntas León
Arslanian puntualizó: “La denuncia está huérfana de elementos
probatorios serios como para ser tenidos en cuenta, para ser
considerados como pruebas en los términos de credibilidad de un Código
Procesal”.
“Es un relato que está mucho más emparentado con el
género del ensayo que con la factura jurídica que deben tener escritos
de esa naturaleza”, destacó Arlslanián, quien añadió: “Lo que podríamos
llamar pruebas incorporadas al expedientes son nada más que escuchas
telefónicas, escuchas telefónicas llevadas a cabo por una agencia de
inteligencia como es la ex SIDE”.
El prestigioso penalista
reclamó que la oficina de escuchas de la Secretaría de Inteligencia
debería pasar a la Corte Suprema de Justicia de la Nación y recordó que
el juez de la causa Amia, Rodolfo Canicoba Corral, expresó que “las
escuchas que él dispuso tuvieron una finalidad distinta a la razón por
la cual él la concedió o bien fueron hechas de un modo irregular al
margen de la causa, del expediente, en una suerte de investigación hecha
en paralelo”.
Consultado sobre la afirmación de Zaffaroni acerca
de que la muerte de Nisman es parte de una tentativa de golpe de
Estado, Arslanián respondió: “Es muy difícil saber si la finalidad que
perseguía era esa, pero lo que sí es claro que el hecho en sí estuvo
destinado a generar una fuerte crisis de confianza en el gobierno y en
su eficacia para conducir el país y yo creo que eso es verdaderamente
una acción de naturaleza política tendiente a lesionar la credibilidad
del gobierno”.
“En estos términos me acerco a lo que dice Raúl en
cuanto a las implicancias políticas del hecho”, aseguró el ex camarista
del Juicio a las Juntas.
“Yo tengo sobre el golpe de Estado un
concepto quizá cultural más parecido a otro tipo de hechos que por
suerte hace 30 años que aquí ya no ocurren más, así que me resulta
difícil pensarlo en el sentido de golpe de Estado, pero sí que el juego
que se está dando en este país se está como pretendiendo que de alguna
manera se gana algo con esto, desautorizar la autoridad de la Presidenta
de la República antes de tiempo”, contestó Maier, ante la misma
consulta, quien consideró que se buscó “intentar conmocionar”.
“Julio
me imputaba el concepto de golpe de Estado. Cuidado, el colonialismo
tiene distintos momentos, el golpe de Estado en la era del
neocolonialismo era sacar el Ejercito y ocupar la Casa de Gobierno.
Ahora, en esta fase avanzada del colonialismo llamada globalización son
distintos los golpes de Estado, son desestabilización de gobierno como
el que se hace fundamentalmente a través de medios masivos de
comunicación”, dijo Zaffaroni.
En ese sentido, el ex juez de la
Corte recordó que “en el año 1955 Estados Unidos termina la Guerra de
Corea, se empieza a desocupar y se empieza a ocupar de América Latina,
desarma todos los gobiernos más o menos populares que había en ese
momento”.