“Algo realmente tan insólito como sería una convocatoria de ministros
del Poder Ejecutivo reclamando una mejor “gestión de gobierno”, mientras
otros afirmaban convocar en homenaje a su colega muerto”, dijo.
Y
sintetizó que "no deja de ser una curiosidad que dos de ellos -fiscales
convocantes- fueron acusados por familiares de las víctimas de
obstaculizar la causa Amia y la tarea del propio Nisman”.
Asimismo,
Cristina remarcó que “la marcha a la que asistió todo el arco de
Partidos opositores y sus candidatos presidenciales, salvo las
agrupaciones de izquierda, no fue para nada un acto de homenaje a una
persona trágicamente fallecida, con la obvia excepción de sus familiares
directos”; sino “una marcha de varios integrantes de un Poder del
Estado, el Judicial, contra otro Poder de la Constitución: el Ejecutivo.
Es lo que se vió, se escuchó, se filmó y se fotografió. O sea, el hecho
que ocurrió”, apuntó la mandataria.
Concluyó, entonces, que fue
“simple y sencillamente, una marcha opositora. Marcha que si tuvo un
único e inmenso mérito, que es el que en la Argentina, tu país, se puede
disentir, se puede insultar al Gobierno y a la Presidenta, y se puede
marchar libremente”.
En la misma línea recordó que “no siempre fue así”, y citó la “dictadura militar” y la represión del 2001.
Por
otra parte destacó que “las marchas opositoras más grandes" fueron "una
convocada por “ingeniero” Blumberg en la plaza del Congreso el 1ro de
Abril del 2004; y la otra, la organizada en el Monumento a los
Españoles, sobre la Av. del Libertador, por las Patronales Rurales el 15
de Julio del 2008, luego de 127 días de Lock Out, desabastecimiento,
cortes de ruta, etc. Esta última superior a la primera”.
Y al
contraponer la cantidad de manifestantes que los mismos medios
opositores contabilizaron en cada oportunidad, evaluó que resulta
“patéticamente absurda y políticamente armada” decir que hubo en el 18F
“¡400.000 personas!”.
“El objetivo oculto e implícito de la
marcha: El 18F no es el homenaje a un Fiscal, ni siquiera un reclamo
insólito de justicia, sino el bautismo de fuego del Partido Judicial. Y
ese Partido Judicial debe aparecer con “respaldo masivo” (no popular,
concepto impensable para los que concurrieron al evento) que avale y dé
aires de legalidad a cualquier mamarracho judicial, independientemente
de lo que digan las leyes, los códigos de fondo y de forma y hasta la
mismísima constitución”, indicó la Presidenta.
Resaltó, además,
que el Partido Judicial es el “nuevo ariete contra los Gobiernos
Populares, que suplanta al Partido Militar en el rol que, en el trágico
pasado, asumiera respecto de Gobiernos con Legalidad y Legitimidad
democrática”.
Esta “modalidad más sofisticada” se “articula con
los poderes económicos concentrados y fundamentalmente con el aparato
mediático monopólico, intentando desestabilizar al Poder Ejecutivo y
desconociendo las decisiones del Legislativo. O sea, un súper poder por
encima de las instituciones surgidas del voto popular”, analizó
Cristina, entre otras consideraciones.
Asimismo destacó que
“resultan realmente sorprendentes, y una muestra más de cómo funciona el
Partido Judicial, los motivos que alega el Fiscal Gerardo Pollicita
para no concurrir al Congreso de la Nación a explicar una denuncia tan
importante en la que estaría involucrada la Presidenta de la Nación, su
Canciller y un Diputado, entre otros”.