A preguntas del abogado querellante Pablo Lanusse, Sidoni dijo que "no
hubo quejas formales pero sí informales" sobre algunos comentarios que
Mangeri le hacia a las mujeres.
Uno de los comentarios apuntaba a
que Mangeri había acosado a una empleada doméstica que trabajaba en el
edificio, pero que en esa oportunidad no se adoptó ninguna sanción
contra el portero porque dentro del consejo de administración quedaron
en esperar a ver si esa conducta se repetía.
El abogado recordó
que "hubo otros hechos anteriores" e hizo mención a un episodio en el
que la víctima fue "una empleada de una inmobiliaria", quien dijo que en
una oportunidad Mangeri le ofreció "cien pesitos" para ir al sótano.
Además,
el testigo relató a los jueces que recibió cuatro llamadas de Diana
Saettone, la esposa de Mangeri, y de un amigo de éste entre el viernes
14 de junio y el sábado 15 de junio de 2013.
En el primero de
ellos, el viernes a la tarde, Saettone le dijo que estaba preocupada
porque el portero no aparecía y lo habían citado a declarar, a lo cual
Sidoni le aconsejó que realizara una denuncia por averiguación de
paradero.
En la segunda, un amigo de Mangeri llamado Jorge le
dijo que el encargado ya había aparecido y que estaba yendo a declarar a
la fiscalía.
El tercer llamado, según éste relato, se produjo el
sábado, cuando Mangeri ya estaba detenido, en el cual Saettone le
preguntaba si conocía un abogado penalista.
El último llamado se
produjo el domingo, y Diana le dijo a Sidoni que se había ofrecido el
abogado Miguel Angel Pierri para defenderlo.