Y agregó que "Con apenas leer su título: "La Presidenta argentina
recurre a teorías conspirativas antisemitas" y el primer párrafo del
editorial: ("¿Qué tienen que ver los lobbistas en el American Israel
Public Affairs Committee y el director de un think tank en Washington
con Paul Singer, gerente de un hedge fund, y el fiscal argentino Alberto
Nisman...") alcanza para saber hacia dónde van lanzados y, si me
apuran, hasta para tener una idea bastante precisa sobre quién ha hecho
la operación o, como les gusta a ellos llamarlo, el "lobby"".
Fernández
destacó que "si uno pone la palabra "antisemita" en el título y se
pregunta sobre la relación de los actores nombrados en el párrafo
(American Israel Public Affairs Committee + Paul Singer + Alberto
Nisman) la primera respuesta que surge es que la relación es que son
judíos".
"Convengamos en que la pregunta que se hace The
Washington Post fue largamente contestada por nuestra Presidenta. No voy
a volver sobre esos vínculos probados para no ser tedioso... Sólo un
detalle: la información utilizada por la presidenta Cristina Fernández
de Kirchner para su análisis proviene de un artículo firmado por Jorge
Elbaum, a quien supongo que The Washington Post no tratará de
antisemita, salvo que crean que la DAIA nombra a antisemitas como
directores ejecutivos de la institución", indicó el funcionario.
Asimismo,
destacó que "es decir utiliza a los actores para exhibir un mensaje
subliminal sobre que estamos en default, cosa que el mundo ha desmentido
teórica y fácticamente: 1416 millones de dólares en Bonar 24 hablan a
las claras de la cero importancia que le dan los inversores de todo el
planeta -y las entidades bancarias que operan por ellos- a las amenazas
buitres".
Para Fernández, "el editorial es un decálogo de lugares
comunes que la operación montada sobre la endeble denuncia de Nisman
viene blandiendo desde el primer día. Las palmas se las lleva la frase
"el gobierno de la señora Kirchner ha continuado cortejando a Teherán",
escrita pocos días después del acuerdo nuclear firmado por el presidente
Barack Obama con la República Islámica de Irán. Si no fuera algo tan
serio, parecería un chiste", consideró el jefe de ministros.
Por
otra parte, remarcó que "el editorial parecería querer avisarles a sus
lectores de dónde surge el lobby que los obliga a escribirlo. Dice: "El
think tank del señor Dubowitz ha publicado documentos sobre las
relaciones argentino-iraníes, mientras que American Israel Public
Affairs Committee ha criticado el acuerdo nuclear preliminar con Irán de
la administración de Obama" y, seguido, se pregunta: "¿Están
confundidos?".
"Y a uno le dan ganas de gritarles con las manos
como megáfono: Sí, están confundidos. Que ellos, que supieron ir hasta
el hueso mismo de la noticia en el caso Watergate, escuchando la voz de
"Garganta Profunda", hoy han elegido surfear sobre la superficie de una
especie inventada, fruto de los graznidos de los cogotes desplumados de
los buitres. Desplumados sí, pero con los bolsillos llenos de dólares
mal habidos", concluyó Aníbal Fernández.