Según De Vido, para esa tendencia “de naturaleza reaccionaria,
conservadora, antipopular, antidemocrática y antiargentina”, obras como
el Centro Cultural constituyen “una aterradora pesadilla”.
El
ministro defendió en una nota publicada en el diario Página/12 “la
construcción de obras de infraestructura para el desarrollo y la
consolidación del mercado interno, la industrialización, la ciencia y la
tecnología funcionales a la autosuficiencia y la emancipación social y
cultural, la modernización económica y la mejora progresiva de la
calidad de vida de la población”.
Con abundantes referencias a
las posiciones de ese sector en la historia argentina, y tras repasar
las obras del período kirchnerista, el ministro señala “el terror que
provoca al mitrismo contemporáneo –el de la aldea para un puñado de
terratenientes, ganaderos y comerciantes– la realización de obras
monumentales dispersas por toda la geografía nacional, con inversiones
por centenares de miles de millones de pesos”.
De Vido rechazó
luego las “lamentables y nuevas zonceras” del diario La Nación, “como
por ejemplo, lamentarse del nombre del flamante centro cultural,
justamente ellos, que tienen a un Mitre y a un Rivadavia en la
abrumadora mayoría de las calles, avenidas, paseos y espacios del país,
próceres de la semicolonia y la barbarie genocida e institucional que
puso al pueblo de las Provincias Unidas al borde del abismo en más de
una oportunidad”.
El pueblo argentino -remarcó el ministro- "ya
no necesita viajar a Londres, París o Nueva York para adentrarse en uno
de los edificios generadores y promotores de cultura más importantes del
mundo: lo tiene en su propio terruño”.
"El Centro Cultural
Kirchner podrá estar en la ciudad capital, pero las universidades, los
hospitales, las rutas, los gasoductos, los acueductos, las centrales
energéticas, los planes de vivienda, los programas sociales, las
inversiones y la infraestructura del tipo que sea dice presente y avanza
en las 23 provincias y 24 jurisdicciones", concluye el artículo del
ministro de Planificación.