Los cuatro peritos de la División Homicidios de la PFA que analizaron
los rastros y pruebas levantadas en el departamento dieron concluida su
labor hoy a las 13 cuando entregaron su informe en la Fiscalía Criminal
45.
Luis Olavarría, perito designado por la defensa de
informático Diego Lagomarsino, rubricó el documento y le añadió un anexo
de una veintena de páginas con sus propias observaciones sobre las
manchas hemáticas encontradas.
Nisman, según el escrito de esos
cinco de los seis peritos incorporado a la causa, se encontraba de pie,
frente al espejo y sólo dentro del baño donde fue hallado muerto en la
noche del 18 de enero.
El informe pericial hace hincapié en la
proyección de la mancha de sangre hallada en la bacha del baño que,
según dejan sentado, no aparecería allí si Nisman hubiera estado con una
rodilla en tierra, como afirmó el perito de la querella.
Ambos
informes, el mayoritario y el de la querella coinciden en un punto: la
pistola Bersa calibre 22 estaba tomada con dos manos, lo que explicaría
la proyección hemática.
Pero a diferencia de Salcedo, quien habla
de la mano de Nisman "acompañada" por la de un tercero, los expertos de
Homicidios de la PFA junto a Olavarría dan por cierto que el fiscal
tomó el arma con sus dos manos, en un gesto habitual en algunos suicidas
para darle firmeza antes del disparo.
Los cuatro peritos
policiales y el de la defensa acompañaron sus conclusiones con dos datos
presentes desde un primer momento, ya que surgieron de la autopsia: el
primero es que el cuerpo de Nisman no presentaba ningún rastros de
defensa, algo incompresible si hubiera sido llevado por la fuerza a esa
situación.
El otro elemento de peso en la valoración es que
tampoco se hallaron ni en el cuerpo ni en el lugar rastros de que
hubiera sido movido, mientras que la puerta cerrada y las mancha de
sangres indicarían que se desplomó por su peso contra la abertura,
impidiendo la entrada o salida.
La negativa de Salcedo a rubricar
un texto con sus colegas, rompe con una norma habitual en este tipo de
procedimientos periciales, donde las partes dejan sentados sus acuerdos
técnicos pero también sus diferencias, a veces abismales.
De
igual manera procedieron el pasado 15 de mayo los forenses Osvalo Raffo y
Julio Rívolo, cuando se negaron integrar sus dictámenes a los de los
otros trece peritos del Cuerpo Médico Forense, la Policia Ffederal y la
defensa, por lo que no se descarta que en ambos casos haya sido un
pedido de Arroyo Salgado -que es jueza federal- para invalidar la
prueba.
De todas maneras, ambos grupos de peritos criminalistas
quedaron a la espera de que la fiscal Fein los convoque a explicar algún
detalle de sus conclusiones.