Aranguren anunció ante una nutrida concurrencia de hombres de negocios
del sector que el gobierno nacional pondrá en marcha "un proceso de
modificación gradual de los subsidios a las tarifas de los servicios
eléctricos y de gas natural", al tiempo que precisó que los "sectores
más vulnerables" de la sociedad seguirán contando con este tipo de
beneficio.
"Implementaremos un proceso de modificación gradual del
esquema de subsidios a la oferta de energía eléctrica y producción de
gas natural con el objetivo principal de recuperar la calidad del
servicio eléctrico y atraer la inversión de forma tal que se disminuya
la dependencia importadora de gas", explicó Aranguren.
El funcionario
señaló que en ese proceso "se mantendrán los subsidios a la demanda de
los sectores más vulnerables de la sociedad", para lo cual se
implementará un programa específico tanto para los servicios de energía
eléctrica como para los del gas natural.
El ministro, que fuera
titular de la petrolera Shell hasta julio pasado, no abundó en detalles
sobre la faz operativa de sus anuncios. No obstante, trascendió ayer que
las autoridades nacionales ya están cruzando información de distintas
fuentes oficiales, como la AFIP y la Seguridad Social, además de datos
sobre los consumos energéticos, de forma tal de "lograr una radiografía"
del usuario, según señaló ayer una fuente oficial.
En el caso de los
"sectores vulnerables" de la sociedad, se buscará adoptar un criterio
que ya había adelantado años atrás el kirchnerismo, en el sentido de que
los beneficiarios del programa AUH podrían gozar de tarifas subsidiadas
plenas. En cambio, se discute si los jubilados que cobran la mínima y
los pensionados también tendrían el mismo beneficio.
Respecto del
plan de quita de subsidios al consumo energético, se sabe que en el caso
de la electricidad estará enfocado sobre los consumidores de la Ciudad
de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires que viven en las zonas
concesionadas a las distribuidoras Edesur y Edenor. Los subsidios son
más fuertes en este territorio que en el resto del país.
El
antecedente inmediato es el intento trunco de reducción de subsidios que
implementó el kirchnerismo en 2012 y que alcanzó a unos 300 mil
usuarios residenciales de una cantidad de barrios porteños y
bonaerenses, además de una cantidad de empresas comerciales, financieras
e industriales.
Con todo, los subsidios siguen vigentes para la
producción y el comercio. Este diario publicó que una quita de los
subsidios a las empresas derivaría, en un contexto gubernamental que
asegura que los precios se regulan por la libre concurrencia de la
oferta y la demanda, en una suba inmediata de los productos y servicios
que prestan.
Aranguren no se manifestó ayer sobre los subsidios a las empresas. No aclaró qué pasará con ellos.
Es
decir, los particulares sufrirán un primer golpe a su bolsillo por la
quita de subsidios directos. Luego, se podría agregar un segundo golpe
por la quita de los subsidios a las empresas. El tercer golpe, la suba
de los precios del gas y la electricidad, también está en carpeta. El
gobierno evalúa el 'timing' con el que aplicará estas medidas.