A diferencia de Arcor, que en los últimos años consiguió fondearse en los mercados por 500 millones de dólares, la familia Navilli, dueña de Molino Cañuelas, no logró salir al mercado de acciones el año pasado y desde entonces pilotea sus deudas en un contexto de caída de las ventas y de nula rentabilidad. Sus principales acreedores son el Banco Nación -por unos 55 millones de dólares-, el HSBC -con otros 45 millones de dólares- y el Banco Galicia -con 38,5 millones de dólares.