Además repudian “enérgicamente cualquier forma oculta o manifiesta de alteración de la institucionalidad democrática, cualquiera sea el resultado de las elecciones”. El texto, titulado “Ante las próximas elecciones legislativas. Buscando interpretar los signos de este tiempo” es un llamado a la reflexión frente a la responsabilidad del voto, pero incluye también un examen de la situación social y política, seguido de propuestas para la acción. Análisis, dicen los curas, que “no hacemos desde un lugar neutral o aséptico” porque “son los caminos del pueblo los que queremos andar” y por ello estamos “atentos a los y las más pobres y sufrientes”. Recuerdan los sacerdotes que “estamos viviendo todavía bajo los efectos devastadores de una pandemia inesperada y dramática” y así “como la pandemia supuso transitar un camino inédito y a oscuras, la post pandemia también será una senda nunca antes transitada”. Reconocen también que “los resultados de las primarias han permitido escuchar la voz del descontento popular, particularmente relacionada con las enormes dificultades para la subsistencia cotidiana, la falta de trabajo, las secuelas de la pandemia en las familias, la escalada infinita del precio de los alimentos que dispara la inflación y acelera la pérdida del poder adquisitivo del salario”. Tras señalar que “estos factores han empujado a muchas personas y familias a la pobreza, la indigencia, la angustia y la desesperanza, más allá de la contención que el Estado ha intentado brindar hasta ahora” los curas valoran los esfuerzos del gobierno nacional para contener y asistir las consecuencias de la pandemia en sus aspectos tanto sanitarios como económicos, pero advierten que “no obstante, las medidas asistenciales de corto plazo, a priori insuficientes, es necesario refundar la matriz productiva y distributiva de la Argentina”. Porque, dicen, ”no alcanza con aumentar la capacidad productiva que genera riqueza” sino que “es necesario transformar la lógica de la producción” y “cambiar la lógica distributiva que injustamente hace que la riqueza producida por todos y todas, sea apropiada por una minoría, y sus rentas puestas a rendir especulativamente lejos del país y lejos de un proyecto productivo”. Para los COPP “resolver el problema de la pobreza implica necesariamente afectar la distribución de la riqueza”, entendiendo a su vez que “el Estado debe regular la economía en favor del bien común, en perspectiva de derechos y castigar el delito económico con los instrumentos válidos y democráticos de los que dispone”. Piden también que se cuide el futuro de los argentinos evitando someterse a las presiones del capital internacional y entienden que “la deuda contraída con el FMI no puede pagarse en términos que funcionen como una condena a muerte a largo plazo”.