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 con tecnología de la potencia asiática. El martes 11 arribará al país 
Christopher Hanson, presidente de la Comisión Reguladora Nuclear de 
EE.UU, con el mismo objetivo de las visitas anteriores de David Turk, 
secretario adjunto de Energía (marzo) y la recorrida del embajador Marc 
Stanley (enero) por las instalaciones de Atucha: advertir sobre los 
riesgos y la "inconveniencia" de asociarse con China en materia nuclear y
 el "interés de Washington en lograr la cooperación de Argentina" en 
impedir un despliegue de capitales chinos en América Latina, 
particularmente en sectores estratégicos. En la última semana, circuló 
con fuerza la versión de un compromiso asumido por el gobierno 
argentino, durante el encuentro de Alberto Fernández con Joe Biden, el 
29 de marzo, de excluir de los acuerdos de cooperación con China la 
concreción de la cuarta central nuclear, Atucha III, con tecnología y 
financiamiento de ese país. La renuncia de este acuerdo estratégico 
tendría como contraprestación, se dijo, una flexibilización de las 
presiones del FMI sobre la economía argentina para el cumplimiento de 
las metas del acuerdo vigente, teniendo en cuenta que en la actual 
situación del país someter a la economía a esas exigencias podría 
significar el desenlace de una crisis económica y social extendida. 
En
 lo inmediato, con posterioridad a los encuentros en Washington con el 
FMI, no se observó ninguna flexibilización de las presiones del 
organismo. A juzgar por el contenido del documento del equipo técnico 
tras los encuentros ("staff report"), todo lo contrario. 
Por su 
parte, fuentes oficiales de Cancillería aseguran que "es absolutamente 
falso que se haya quitado de la lista de obras a financiar por el 
convenio DECCE (Diálogo  Estratégico para la Cooperación y Coordinación 
Económica) la construcción de la cuarta central nuclear". Esta obra, 
inicialmente planteada durante la primera presidencia de Cristina 
Fernández de Kirchner (2007/2011), fue incluida en el listado de 
proyectos prioritarios del plan quinquenal de cooperación en 
infraestructura 2022/27, formalizado durante una visita de Alberto 
Fernández a China en febrero de 2022. 
La reacción de Estados Unidos 
frente a esta iniciativa se puso en evidencia de inmediato. En abril de 
2022, una delegación encabezada por la subsecretaria adjunta de 
Seguridad Internacional del Departamento de Estado, Ann Ganzer, visitó 
el país y se entrevistó con diversas áreas de gobierno y de organismos 
vinculados a la energía nuclear. Ante ellos, expusieron diversos 
cuestionamientos a la tecnología ofrecida por China para Atucha III, por
 falta de calidad, incumplimientos de normas internacionales, problemas 
de diseño y de seguridad, y mucho más. 
Un estudio con alto rigor 
técnico por parte de Nucleoeléctrica Argentina, la empresa estatal 
responsable de la operación de las tres centrales nucleares existentes 
en el país (Embalse y Atucha I y II), consideró improcedentes aquellos 
cuestionamientos, sustentados principalmente en "recortes periodísticos 
sin respaldo científico". 
No obstante, la campaña estadounidense en 
contra de la participación nuclear china continuó en sucesivas visitas, 
primero de Laura Richardson, jefa del Comando Sur, y las más recientes 
del embajador Marc Stanley y el secretario adjunto del Departamento de 
Energía David Turk, en las que volvieron a plantearse los 
cuestionamientos a la presencia china en la región.
Esta semana, 
Christopher Hanson y sus cuatro acompañantes se entrevistarán con las 
autoridades de la Autoridad Regulatoria Nuclear argentina, visitarán 
Atucha, Invap, el Centro Atómico Bariloche y otras instalaciones del 
sector. El temor a que la construcción de la central nuclear Atucha III 
hubiera quedado "completamente descartada", como trascendió, fue 
alimentada por algunas consideraciones públicas que se prodigaron 
funcionarios argentinos y estadounidenses tras el encuentro de los 
presidentes. 
Parteaguas
De todos modos, el tema nuclear divide 
las aguas en el gobierno. Fuentes del sector nuclear sospechan que los 
intereses de Estados Unidos tienen más de un aliado en el gobierno para 
intentar frenar la participación china. Las visitas constantes de 
delegaciones norteamericanas, aseguran, cuentan con el aval y el impulso
 de funcionarios con llegada al presidente de la Nación. 
La propia 
secretaria de Energía, Flavia Royon, en una reciente visita al Congreso,
 al ser consultada por la cuarta central respondió que, "por ahora, no 
tiene financiamiento", colocándola en el gabinete de los productos 
congelados con su respuesta. Extraña respuesta, dado que el acuerdo ya 
garantiza un 85% de financiamiento a cargo de bancos chinos y hay 
conversaciones para ampliarlo al 100% (como se explica más adelante). 
"Hay
 quienes proclaman que, en política exterior, nadie puede discutir la 
multipolaridad de Argentina, pero en cuestiones económicas eso no es tan
 claro", discuten quienes ven con preocupación la falta de formulación 
de una política nuclear que, no hay otra forma de plantearlo, debería 
ser de largo plazo. 
Geoestrategia y finanzas
Estados Unidos tiene
 a la cuestión energética y la de alimentos en el eje de su estrategia 
de control mundial. Argentina tiene trascendencia en ambas. En la 
cuestión financiera, Argentina no es un factor importante para la 
estrategia de Washington. El pedido del gobierno argentino con respecto a
 un mayor respaldo del gobierno de Estados Unidos frente a las 
negociaciones con el FMI no parecen haber tenido ningún resultado. La 
delegación económica argentina volvió con un problema mayor que el que 
llevaba en el vuelo de ida.
En materia financiera, el país está 
recibiendo un trato más considerado de parte de China que de Estados 
Unidos. Casi la mitad de las reservas internacionales están compuestas 
por el swap en moneda china que operan como respaldo patrimonial. En el 
caso de la central nuclear Atucha III, cuya inversión total se calcula 
en 8300 millones de dólares, el acuerdo firmado establece que China 
financiará el 85 por ciento. Por debajo de la mesa, es decir la parte 
conversada pero aún no expresada en documentos, la potencia asiática 
ofreció financiar el 15% restante si la falta de esos recursos frenaba 
la concreción de la obra. Fuentes oficiales señalan que están abiertas 
negociaciones con los bancos chinos participantes para avanzar en ese 
aspecto. 
Se entiende el esfuerzo de Beijing para que la obra se 
concrete. Para China se trata de un proyecto estratégico, no por su 
dimensión sino por lo que significaría geopolíticamente dar el primer 
paso en materia nuclear en la región con tecnología propia, Hualong 
(denominación con la que se la identifica). Es el mismo significado que 
le da Estados Unidos al proyecto, pero en sentido contrario: impedir a 
toda costa que China ingrese su tecnología a la región. 
Para 
Argentina, también la obra tiene interés estratégico, pero en otro 
sentido. Atucha III estará equipada con un reactor de 1200 MW, 
incrementando en un 60 por ciento la actual capacidad instalada (1763 Mw
 entre las tres centrales) y en una proporción mayor el aporte nuclear a
 la generación eléctrica total (hoy es el 7 por ciento). 
Las obras 
de construcción demandarán más de 7.000 empleos y sumará 700 empleos 
fijos para su operación. Aproximadamente el 40% de los suministros 
estarán a cargo de proveedores nacionales. Además, está previsto en el 
contrato firmado en febrero del 2022, entre Nucleoeléctrica Argentina y 
la Corporación Nuclear Nacional China (CNNC), que Argentina se 
beneficiará con la transferencia tecnológica y la capacitación de los 
profesionales que deberán operar en el futuro la central. 
Volver a Beijing
Las
 próximas semanas serán claves para echar luz sobre el verdadero estado 
de las cosas. Para mayo está prevista una visita de una delegación 
argentina a Beijing con el objetivo de avanzar en los acuerdos 
bilaterales. El convenio del DECCE (Diálogo Estratégico) abarca diez 
acuerdos, definidos en enero de 2022, uno de los cuales es la cuarta 
central. Será una oportunidad para ver en qué medida se avanzó en temas 
estratégicos.
Por otra parte, esta pendiente la firma del memorandum 
de adhesión argentina a la Franja y la Ruta de la Seda. Ya hubo un par 
de intercambios de borradores en los que se define otra lista de obras y
 espacios de cooperación (serían veintitrés tópicos en total).  Quizás 
sea la oportunidad, el encuentro de mayo, para estrechar lazos y darle 
una esperanza mayor al multilateralismo.

