
 La participación fue del 68 por ciento, varios puntos porcentuales por 
debajo de las precedentes en 2011 y 2019. El dato central de la jornada 
fue el caudal obtenido por el diputado Javier Milei de La Libertad 
Avanza. Tanto él a título individual, como su partido quedaron primeros,
 imponiéndose en varias provincias, un batacazo. Quedaron detrás las dos
 coaliciones que ganaron las tres últimas elecciones, Unión por la 
Patria (UxP) y Juntos por el Cambio (JXC) ambas con desempeños flojos. 
Ninguna de ellas llegó al 30 por ciento nacional, la diferencia entre 
ambas fue de apenas el uno por ciento.
La exministra Patricia 
Bullrich se impuso en la interna presidencial cambiemita superando 
holgadamente al Jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta que 
generó un fiasco vergonzoso con el sistema de voto electrónico en su 
distrito. Es el mayor perdedor de grandes ligas en estas PASO porque 
quedó eliminado. Hace un par de años era favorito para ser presidente,
   
 En otra interna cambiemita, más pareja, Jorge Macri batió por 
diferencia estrecha a Martín Lousteau y procurará conservar la CABA para
 el PRO. El acumulado entrambos excede el 56 por ciento. Queda por verse
 si retiene todos esos votos en la primera vuelta porteña. Leandro 
Santoro, candidato de UxP tuvo un desempeño similar al de buenas 
elecciones del peronismo en un distrito adverso, superando el 22 por 
ciento.
    El gobernador Axel Kicillof llegó primero en las PASO
 bonaerense. El intendente Héctor Grindetti dejó afuera a Diego Santilli
 en la interna de JXC. Santilli era favorito, verosímilmente sucumbió al
 efecto arrastre de Bullrich que impulsaba a Grindetti. Se conocen las 
dificultades para el corte de boleta. UxP salió primero en “la 
provincia”, una de las pocas que consiguió.
    El gobernador Juan 
Schiaretti secundó a Milei en Córdoba, histórico pilar de JxC. Entre 
ambos se llevaron un 60 por ciento de los votos. Schiaretti saludó al 
ganador adjudicándole un mensaje federal como el suyo. Cuesta comprender
 la jugada de quien hasta hace dos meses coqueteaba con ser aliado de 
Larreta.
    Myriam Bregman y Nicolás Del Caño ganaron la interna del
 FIT Unidad, con un acumulado flojo y un quinto puesto que debe dar que 
pensar.
De nuevo, el dueño de la jornada fue Milei. Hubo PASO en 
tercios, como describió-presagió la vicepresidenta Cristina Fernández de
 Kirchner, en las que quedó arriba el menos pensado y esperado, el más 
disruptivo, el apodado antisistema. Con esos estandartes, un partido 
enclenque y flojos resultados en las provinciales llegó muy alto.
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De porteño a nacional 
Acunado
 en la CABA hace dos años Milei se transformó en figura nacional. Se 
catapulta de un tercer puesto ahí al primero en todo el país, un raid 
sin precedentes históricos desde 1983. Cosecha millones de votos en 
todas las regiones sin una maquinaria afiatada, posiblemente sin 
fiscales en todas las mesas.
En octubre se realizan las 
elecciones generales, es prematuro pronosticar escenarios. De cualquier 
manera, los precedentes siempre indican algo: voto mata encuesta y deja 
heridos a los análisis… Cristina Fernández de Kirchner y Alberto 
Fernández que ganaron rotundamente las PASO en 2011 y 2019 llegaron a la
 Casa Rosada sin precisar segunda vuelta. Daniel Scioli prevaleció en 
2015 sobre Mauricio Macri por contados votos y perdió en el ballotage. 
El contexto de 2015 es más similar al actual, también por otro factor: 
el bipartidismo (o bi coalicionismo) caracterizó al 2011 y al 2019. En 
2015 Sergio Massa terció con más 22 por ciento de los votos. El cuadro 
de ayer se asemeja algo al de 2015 pero Milei supera la marca de Massa 
con menos historia previa.
Cabe añadir que ningún ganador de las 
PASO cayó al tercer puesto en las generales. Puesto de otro modo, es 
factible y hasta probable que haya segunda vuelta esta vez en la 
Argentina y que Milei esté presente en ella. Por cierto, se trata de 
otra votación, todos los actores juegan y la propia gente común puede 
mover tácticamente su voto. El ballotage criollo habilita presidentes 
con el 45 por ciento del padrón y hasta con el 40. Podría definirse en 
octubre, no tiene pinta de ser lo más posible pero el futuro es abierto 
hasta que habla el cuarto oscuro.
El raid es un mensaje, un 
síntoma que este cronista no se anima a desentrañar de volea. Nobleza 
obliga, uno no creyó que se concretara lo que induce a ser cauto con las
 explicaciones cancheras y amplias. Puede sí decirse que los últimos dos
 gobiernos no cumplieron con sus promesas, que sus campañas fueron 
flojas, que su internismo pudo corroerlos.
En días futuros se 
deberá releer la votación: desagregar por distritos, por edades y sexos 
dentro de lo posible. El primer objetivo de Milei, accesible, es 
conservar cada uno de sus sufragios. Con eso, lo que añadiría la mayor 
participación en octubre quedaría muy cerca del ballotage, a tiro de 
tener una bancada decisiva en Diputados.
Bullrich y Massa 
afrontan desafíos diferentes, en principio. Para el peronismo movilizar 
más votantes es uno, rasguñar votos en los territorios con militantes y 
punteros. Y seguramente proponerse como alternativa a dos rivales de 
derecha en lo económico y lo cultural. A primera vista Milei le restó 
votos a JxC pero el total del peronismo fue de los más bajos desde la 
recuperación democrática. Acrecentar los buenos puntajes de Buenos Aires
 valdría como parte de la solución. El candidato- ministro debe resolver
 esos enigmas en menos de dos meses, con el apoyo de toda su fuerza.
Cuesta
 imaginar a quién le puede quitar votos Bullrich sobre todo después de 
alabar a Milei. En campaña se verá. Ayer “Pato” ganó, eso es un envión, 
embellece, ayuda a sumar. Si se repasa el mapa nacional los ganadores 
notorios que arrancan el segundo tramo con esa perspectiva, mejor 
parados por ende, son Milei, Axel y Bullrich. Protagonistas clave para 
lo que viene.
Si Milei conserva el piso rotundo conseguido ayer 
pasa a ser una figura nacional determinante de un partido con contados 
cuadros. Carolina Píparo se quedó en “la provincia” con una carrada de 
votos pero no se le acerca en ese rango.
Massa y Bullrich 
precisan elevar su techo, como condición de subsistencia. Paso a paso, 
sumar cuanto menos un 35 por ciento y llegar segundos como nueva base. 
No es imposible, tampoco sencillo.
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Derechas rampantes 
Milei
 y Kicillof, dos oradores vibrantes, largueros y tan disímiles optaron 
por leer su discurso post escrutinio. Hicieron bien para no derrapar 
porque van en punta.
Juan Grabois concluyó una interna digna y 
hábil comprometiéndose a colaborar, valorizando el porcentual que obtuvo
 militando. Massa cuenta con su apoyo y sus votos, deberá calibrar qué 
significan.
El veredicto popular fue contundente, debe ser 
respetado y escuchado. Seguramente expresa descontentos, broncas, falta 
de pertenencias, nuevas generaciones con demandas inéditas. El padrón 
nacional causó una conmoción, con ella se convivirá en adelante. Este 
cronista no cree que el respeto y la tolerancia impliquen un automático 
alineamiento con la primera minoría. Ni siquiera con el abrumador 58 por
 ciento que acumularon Milei y Bullrich, en fuerzas separadas.
El
 corrimiento a derecha del electorado, del planeta, la polarización que 
potencia a la derecha son hechos, acreedores a respeto también. Nada de 
eso conlleva una suerte de oportunismo matemático para abrazar las 
banderas de los adversarios. El programa de Bullrich es espantoso e 
irrealizable en la Argentina sin que medie represión. El de Milei añade 
la inviabilidad de sus medidas emblema: dolarización, venta de órganos, 
vouchers para educación. Se le agrega la flaqueza institucional que 
tendría.
Enfrentarlos es un compromiso que comprende revisar los 
errores y falencias de las fuerzas populares que son minoría desde hace 
un buen rato y son remisas a darse cuenta. Mirar la propia imagen 
corporal. Algo puede cambiarse, un salto de calidad-cantidad es todavía 
un horizonte alcanzable con los candidatos que quedaron. Las bases y las
 militancias tendrán su rol, pendiente de invención
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Lo que viene 
Cuando
 los argentinos se despierten cada día a partir de hoy, los dinosaurios 
seguirán ahí hasta octubre cuanto menos. Batirlos es todavía una hazaña 
posible a condición de entender lo que pasa, redoblar esfuerzos. 
Comprender que la gente labura, necesita tranquilidad cotidiana y llegar
 a fin de mes.
Los famosos mercados (flojo apodo de un puñado VIP
 de especuladores con camiseta puesta) estarán atónitos. Se esmeraron 
para garantizar la vuelta cambiemita y se encuentran con una sorpresa. 
Sus reacciones son siempre temibles, desestabilizadoras y a menudo 
insensatas.
Todas estas historias continuarán, la seguimos 
mañana. Ayer fue un día duro para el oficialismo pero la oportunidad de 
revertirlo está vigente.

