
 En el entorno de la ministra de Seguridad ven con sospecha creciente el
 silencio del exPresidente. Algunos de ellos sospechan, incluso, que 
Macri está detrás de todo el conflicto como una estrategia vandorista 
para pegar y después negociar. Se sabe: la relación entre Macri y 
Bullrich, que supo ser de fierro, está rota desde que ella negoció su 
ingreso y el de Luis Petri al gobierno de Milei, y desarticuló el 
intento del exPresidente de llegar a un acuerdo marco con Milei para que
 desembarcaran cuadros del PRO en su gobierno. Desde entonces, Bullrich y
 Macri no tienen diálogo. Macri se dirige a ocupar la presidencia del 
PRO, algo que Bullrich intentó evitar por todos los medios. En el 
conflicto de Chubut con la Nación, hay dos sectores del PRO que se 
alinearon de forma nítida: el larretismo se puso detrás de los 
gobernadores de Juntos por el Cambio, y por su parte Bullrich jugó para 
Milei, incluso en contra del que fuera su partido. Pero hay un tercero 
que permanece en las sombras: Macri. Se sabe que el exPresidente tuvo 
una reunión con Ignacio Torres y con el gobernador de Entre Ríos, 
Rogelio Frigerio, previo a que estallara el conflicto. Algunas versiones
 indican que intentó mediar incluso con el Gobierno de Milei, pero llegó
 a la conclusión de que no hay diálogo posible. Esto trajo el 
consecuente enfriamiento de las versiones de que era inminente una 
cumbre entre Macri y Milei y que estaban por cerrar un acuerdo para que 
haya un interbloque del PRO y La Libertad Avanza e incluso un frente 
electoral hacia las elecciones de medio término. Todo esto pasó, por el 
momento, al cajón del olvido. Pero en el entorno de Bullrich sospechan 
que Macri tiene un papel mucho más activo en el affaire Chubut del que 
estará dispuesto a admitir. "Macri guarda silencio y por lo tanto es 
cómplice de lo que está haciendo Torres", dicen cerca de la ministra. Si
 se los apura un poco, ellos creen directamente que Macri está detrás de
 todo. Una hipótesis es que Macri mandó a los gobernadores a apretar 
para que Milei venga al pie y negocie lo que sería la colonización del 
gabinete. Otros tienen una teoría más psicológica: que Macri no soporta 
que Milei logre lo que él no pudo en su mandato.
De hecho, la carta 
que armó Bullrich y para la que juntó firmas mete el dedo en la llaga de
 lo que fue el gradualismo. Dice que “se avanzó demasiado lentamente y 
con demasiada prudencia”. Una crítica de Bullrich a Macri en un 
documento que estuvo membretado con el logo del PRO. Un escenario 
impensado hace meses.
Contra los gobernadores, la ministra de 
Seguridad dijo que "ningún miembro del PRO puede estar de acuerdo ni 
validar la amenaza de confiscar propiedad privada", y que era "obsceno 
hacer esa amenaza".
La cosecha de firmas no fue todo lo que hubieran 
querido. Además del séquito de la ministra (Damián Arabia, Juan Pablo 
Arenaza, Fernando Iglesias), aparecen Federico Pinedo, el intendente de 
Tres de Febrero, Diego Valenzuela, Pablo Tonelli, Claudio Avruj, pero 
también otros dirigentes más cercanos a Macri, como Federico Angelini, y
 dirigentes larretistas como Eduardo Macchiavelli.
"Ahora depende de 
Macri", dicen en el entorno de Bullrich. "¿No quiere ser el que presida 
el PRO? Bueno, tiene que definirse y salir del silencio", lo apuran.
Puentes rotos entre Bullrich y el PRO macrista
La
 movida de la carta no fue gratis. Trajo una ruptura entre el sector de 
los gobernadores y los legisladores que responden a Bullrich. De hecho, 
la dupla Torres-Frigerio tenían previsto un encuentro con diputados que 
se suspendió. No quisieron remedar aquella foto fallida al comienzo del 
gobierno de Milei, donde los gobernadores de Juntos por el Cambio 
quisieron mostrar músculo político y parlamentario y los dirigentes de 
Bullrich concurrieron a escupirles el asado.
La reunión, que iba a 
ser por Zoom ayer a las 16, incluía también a otros dirigentes como el 
jefe de Gobierno, Jorge Macri, además de los integrantes del bloque que 
conduce Cristian Ritondo. Como todos, después de la carta que difundió 
Bullrich, se vieron venir un choque de trenes en cámara lenta, 
decidieron suspender. Por supuesto, la explicación oficial fue otra: que
 Torres iba a esperar a hablar ante la Legislatura de Chubut sobre el 
litigio con la Nación. Quedaron en volver a intentar juntarse en unos 
días, quizás cuando se enfríen los ánimos.
Todo esto ocurre en medio 
de los intentos de Bullrich de condicionar lo más posible la llegada de 
Macri a la presidencia del PRO, ubicando a su gente en puestos clave. 
Así como están los bullrichistas que creen que Macri fogonea en secreto 
el conflicto, no faltan los macristas que consideran que Bullrich está 
operando con órdenes de Milei para dividir al PRO. Un clima de 
desconfianzas que se acrecienta.

