
 El oficialismo logró sellar un acuerdo contrarreloj con las bancadas 
aliadas, que se enfrentaron por la reforma laboral que la UCR redactó en
 espejo al DNU 70/23 frenado por la Justicia del Trabajo y que pactó su 
incorporación al proyecto del Gobierno a cambio de sus votos a favor. 
Con la ayuda de opositores aliados, los libertarios más cerca de 
privatizar el país. Finalmente la Casa Rosada se inclinó por una reforma
 “acotada”, que extiende el periodo de prueba de los trabajadores a seis
 meses —con posibilidades de ampliarlo según las empresas a ocho meses y
 un año—, elimina las multas a los empresarios por el empleo no 
registrado, implementa un fondo de cese laboral optativo para eliminar 
las indemnizaciones patronales y establece despidos “justificados” y 
penas de hasta tres años por bloqueos o tomas “parciales” de 
establecimientos productivos; aunque evitó avanzar (como proponía la 
UCR) contra el aporte de los trabajadores a sus organizaciones gremiales
 y los límites del derecho a huelga a múltiples actividades laborales. 
La oposición dura al gobierno le dispensó críticas y advertencias por el
 avance contra los derechos de los trabajadores; mientras que el 
triunviro de la CGT, el camionero Pablo Moyano, sostuvo que el intento 
de Milei de concretar una reforma laboral fortalecerá el paro general 
que la central obrera convocó para el 9 de mayo.
Reforma “limitada”
En
 la Casa Rosada no ocultaron su entusiasmo con la propuesta de reforma 
laboral que la UCR le ofreció incorporar al texto de la ley Bases como 
moneda de cambio por su respaldo. Pero en el variopinto interbloque de 
Hacemos Coalición Federal se opusieron a avanzar con una reforma 
profunda sin un debate por separado en Diputados. El jefe del bloque de 
HCF, Miguel Pichetto, se encargó de comunicar que no acompañaría la 
reforma y puso en peligro su aprobación. Por eso se inclinó por la 
postura de Pichetto de no avanzar contra las organizaciones sindicales y
 recrudecer el enfrentamiento con las centrales obreras. En frenéticas 
negociaciones de último momento, los bloques colaboracionistas 
elaboraron un texto sobre 17 puntos de acuerdos y avanzar con una 
reforma laboral “limitada” cuyos ejes centrales son:
* Se eliminan definitivamente las multas a los empleadores por trabajo no registrado.
*
 El período de prueba para los trabajadores tendrá seis meses de 
vigencia, pero las convenciones colectivas podrán ampliarlo hasta ocho 
meses en las empresas de seis y hasta 100 trabajadores, y hasta un año 
en las empresas de hasta cinco trabajadores.
* El "trabajador 
independiente" podrá contar con hasta cinco “colaboradores” para llevar 
adelante un emprendimiento productivo, sin que exista vínculo de 
dependencia entre ellos ni con las personas contratantes.
* En los 
casos de despido sin justa causa, habiendo o no mediado preaviso y luego
 de transcurrido el período de prueba, se deberá abonar al trabajador 
una indemnización equivalente a un mes de sueldo por cada año de 
servicio o fracción mayor de tres meses, tomando como base de cálculo la
 mejor remuneración del último año. Se excluye el aguinaldo y otros 
conceptos de pago semestral o anual.
* Mediante convenio colectivo de
 trabajo, las partes podrán sustituir este régimen indemnizatorio por un
 fondo o sistema de cese laboral, cuyo costo estará siempre a cargo del 
empleador, con un aporte mensual que no podrá ser superior al 8% de la 
remuneración computable. Los empleadores también podrán optar por 
contratar un sistema privado a su costo para solventar la indemnización.
*
 La indemnización se agravará en un 50% si el despido está motivado en 
un acto discriminatorio si hay sentencia judicial que corrobore el 
hecho, donde la prueba estará a cargo de quien invoque la causal.
* 
La participación en bloqueos o tomas de establecimientos, ya sean 
totales o parciales, configurará una “grave injuria laboral” y podrá ser
 tomada como causal de despido. Además, se establecen penas de entre 
seis meses y tres años de prisión por impedir, estorbar o entorpecer el 
acceso a locales o industrias “con el fin de obtener un beneficio o 
causar un perjuicio”.
Críticas
Durante el plenario en comisiones 
de ayer los opositores más duros criticaron fuertemente la reforma 
laboral del oficialismo y sus aliados. ”Para garantizar el quórum en el 
recinto y las firmas (dictamen) accedieron al pedido de un bloque por el
 tema reforma laboral: entregaron los derechos de los trabajadores y 
trabajadoras argentinas a cambio de firmas en el dictamen y a cambio de 
quórum y votos en el recinto”, soltó el jefe del bloque de Unión por la 
Patria, Germán Martínez. Además pidió "hacer memoria" con una 
advertencia: repasó las tapas de los diarios a lo largo del año 2000, 
cuando el Gobierno de Fernando de la Rúa y su ministro de Trabajo, 
Alberto Flamarique, impulsaron una reforma laboral que terminó en el 
escándalo de las coimas en el Senado para aprobarla y la renuncia del 
vicepresidente Carlos “Chacho” Alvarez.
Myriam Bregman (FIT-PTS) hizo
 lo propio: “Lo que están haciendo es ilegal y es anticonstitucional. No
 pueden hacer una reforma laboral sin que pase por la comisión de 
trabajo, eso va a ser impugnado, ustedes lo saben. Solo le están dando 
una señal a los patrones del Llao Llao, nada más que eso. Es 
inconstitucional porque viola el principio de progresividad de derecho y
 todos los tratados internacionales, de derechos humanos y laborales 
firmados por nuestro país".
Su compañera de bancada, Romina del Plá 
(FIT-PO) ligó los objetivos que el Gobierno se traza con la reforma 
laboral y la ley Bases: “Para los trabajadores hay impuesto sobre los 
salarios, liquidación del monotributo social y derogación de las 
jubilaciones por moratoria. Para los empresarios hay moratoria 
impositiva, blanqueo de capitales y reducción de la alícuota a bienes 
personales. Si atamos los puntos, una vez más a los trabajadores nos 
hacen pagar la fiesta de los fugadores, de los narcos y de los 
empresarios".
En tanto, Pablo Moyano aseguró que esta reforma 
representa "una condena para los trabajadores". En declaraciones a AM750
 dijo que a la reforma "la rechazamos de plano. No podemos permitir que 
los trabajadores no cobren indemnizaciones y que se le tengan que pagar 
ellos mismos”, dijo. Al mismo tiempo, alertó por la pérdida de derechos y
 lamentó que, si avanza la reforma, los trabajadores no tendrán derecho a
 huelga. "Plantea los períodos de prueba y eso no es negociable. Eso es 
regresivo, te saca derechos. Y es represiva si llevás adelante a una 
medida de fuerza. Es condenar a los trabajadores que llevan adelante una
 medida”.

