
 El acto reunió a 35 mil militantes nucleados en las multisectoriales 
que comenzaron a armarse en cada distrito, con la venia del mandatario, 
apenas asumió Milei, en diciembre de 2023. Sindicatos, organizaciones 
sociales, intendentes, legisladores y dirigentes del Frente de Todos 
coordinados por la «mesa política» de Kicillof, terminaron confluyendo 
este sábado en el polideportivo Thevenet. No hubo presencia de La 
Cámpora, ni siquiera de los ministros que forman parte del gabinete 
provincial. Hubo mesas de debate a lo largo de la tarde y al final, la 
elaboración de un documento con diez puntos denominado Pacto con el 
Pueblo.
Kicillof habló en el cierre, tras la votación a mano alzada 
de todos los presentes del documento con los diez puntos, entre los que 
se encuentran un Estado presente, la continuidad de la educación y la 
salud pública y gratuita, la defensa de la industria nacional y el 
empleo, de fijar tarifas razonables y garantizar el derecho al futuro. 
«Me pone feliz ver este encuentro en el que vinimos a discutir lo que 
pasa pero también qué vamos a hacer para adelante», arrancó y fue 
interrumpido por los cánticos «Se siente, se siente, Axel presidente».
En
 este marco, el gobernador definió al plenario como un acto «de lucha», 
de rechazo «a la intolerancia y agresión» del presidente Milei y de 
oposición «a la crueldad como práctica política». Repasó cada una de las
 medidas que tomó el gobierno contra la gente, aseguró que la pobreza 
subió 20 puntos en estos meses, y envió una advertencia a los 
libertarios: «No pasarán por encima de los derechos de la provincia de 
Buenos Aires».
Aseguró que el presidente mintió «alevosamente» en la 
campaña y lo acusó de realizar «una formidable estafa electoral» ya que 
el ajuste no lo está pagando la casta sino los argentinos. «El ajuste de
 Milei lo está pagando el pueblo, la clase media, la industria nacional.
 Lo están pagando los 17 millones de bonaerenses», describió y le pidió 
que dé marcha atrás como hizo con las prepagas: «Hágalo también con los 
consumos populares, cuídele el bolsillo a la gente».
Reiteró que no 
firmará ningún pacto con el gobierno nacional y explicó por qué no lo 
hará. «No es un pacto: pretenden que firmemos la plataforma de Milei y 
no estamos de acuerdo. Nunca nos llamaron, nunca conversaron y ahora 
quieren que vayamos a firmar», señaló y les sugirió con ironía que 
trasladen la fecha de la firma, que se iba a hacer en mayo (pero se 
pospuso), «al 4 de julio», en referencia a la fecha de la independencia 
de Estados Unidos.
«El único pacto que tiene la provincia de Buenos 
Aires es con su pueblo», disparó el gobernador y llamó a construir «una 
alternativa popular» al modelo que propone La Libertad Avanza. «Que lo 
entiendan bien: no es de dirigentes ni marketing, es un pacto real que 
se demuestra trabajando, recorriendo, y sepan bien que tiene un elemento
 que consiste en construir una alternativa del campo popular a esta 
política de hambre, de persecución, de vaciamiento, de entrega», agregó.
Kicillof
 también reivindicó la bandera del federalismo y le puso un marco a los 
acuerdos que firmó días atrás con los gobernadores de Chubut, Ignacio 
Torres, y de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, enrolados en el PRO y la 
UCR, respectivamente. Sostuvo que a las provincias les seguirá 
ofreciendo «la solidaridad de la provincia de Buenos Aires» porque, 
subrayó, «no vamos a aceptar la disolución nacional ni el sálvese quién 
pueda».
En otro tramo de su discurso, el gobernador le pidió al líder
 libertario que «respete la legitimidad» de su gobierno, de otros 
gobernadores y de los intendentes que también fueron electos en las 
urnas. Y le reclamó que le transfiera a la gestión provincial las obras 
públicas si no quiere continuarlas. «En la provincia, con esfuerzo, 
sacrificio e inteligencia la obra pública se sigue», apuntó.
Casi en 
el final, anunció que el plenario definió oponerse y marchar «hasta que 
se derrumbe» la Ley Bases, que está siendo debatida en el Senado de la 
Nación y remarcó que no tiene «ni un artículo a favor» del pueblo 
argentino.
En medio de la tensión interna por el liderazgo en el 
peronismo, el mandatario citó varias veces a la ex presidenta Cristina 
Kirchner, como cuando aseguró que el déficit fiscal cero pregonado por 
Milei es «trucho» –como lo calificó ella en su reaparición en Quilmes- y
 también cuando recordó que la legitimidad de un gobernante no sólo la 
dan los votos sino las medidas que se toman en la gestión. También 
mencionó a Néstor Kirchner, a Juan Perón y a Evita.
Aunque no hubo 
referencias a la interna kirchnerista, las presencias y ausencias en el 
escenario hablaron por sí solas. Kicillof ubicó a su lado al ministro de
 Gobierno, Carlos Bianco, y el de Desarrollo de la Comunidad, Andrés 
Larroque, enfrentado abiertamente con la agrupación que lidera Máximo 
Kirchner. Ambos vienen fogoneando y encabezando la construcción de un 
armado político propio del gobernador.
También estuvieron arriba del 
escenario los intendentes Jorge Ferraresi (Avellaneda) y Mario Secco 
(Ensenada), los más críticos de la forma de conducción de La Cámpora, 
además de Julio Alak (La Plata), Fabián Cagliardi (Berisso), Fernando 
Espinoza (La Matanza) y el anfitrión Andrés Watson. Dijo presente, 
además, la vicegobernadora Verónica Magario y la intendenta Mariel 
Fernández (Moreno), del Movimiento Evita. El sindicalismo también tuvo 
un lugar en primera fila en el escenario con el camionero Pablo Moyano a
 la cabeza y toda la dirigencia provincial de CGT y CTA. 

