No hubo selfie con Donald Trump ni señales del Fondo Monetario (FMI) ni
apoyo de la Casa Blanca para esa negociación ni rebaja en los aranceles
ni acuerdo de libre comercio ni show con motosierra y ni siquiera
silencio de respeto durante su discurso. Sólo aplausos pasajeros de
comensales que no paraban de hablar. El desaire fue inesperado. Desde
Casa Rosada intentaron bajar el tono del fracaso y crearon una versión
que hasta ahora es la oficial: Milei estuvo en la gala del “American
Patriot” que tuvo lugar en Mar-a-Lago, pero como Trump no llegaba
decidió irse. Cuando él se fue, Trump llegó. El confuso episodio fue
posterior a la entrega del “Lion of Liberty Award”, que recibió de manos
de representantes de la Make America Clean Again (MACA), organizadora
del convite. Lo que no quedó claro es el mensaje de agradecimiento y
demás consideraciones que hizo durante su discurso, ya que mientras él
hablaba el recinto era un cúmulo de murmullos y ruidos propios de una
cena que en otro contexto hubieran desatado la ira del presidente Milei.
Inmediatamente
después hubo fotos con unos y otros supuestos líderes de los ámbitos
político, empresarial y social comprometidos con la defensa de la
libertad que pregona el libre mercado.
El desencuentro con Trump
El
desencuentro con Trump fue un fracaso de la diplomacia argentina. Si
bien el encuentro con el mandatario estadounidense estaba previsto en
esa gala que tuvo lugar en Palm Beach, ocurrió un episodio fuera de
cálculo. Según se informó, el republicano se demoró por "un problema
técnico" que sufrió su helicóptero. Trump mantenía un cronograma
apretado de actividades, entre los que incluía un importante torneo de
golf en Miami, y a último momento su equipo de seguridad habría
detectado un problema en la nave. La delegación argentina integrada por
Milei, su hermana Karina y el ministro de Economía, Luis Caputo, tomó
conocimiento del percance y habría resuelto retirarse para volver al
país. Rumbearon al hotel y Trump aterrizó en el lugar. Es más, hay
imágenes que registraron su presencia en Mar-a-Lago con una gorra roja
de las que suele usar. Trascendió también una versión inversa, que
indicaba que quien había llegado tarde fue Milei y que ante esa demora
Trump se retiró. Como sea, no hubo foto entre ambos.
Con las manos vacías
No
hubo foto y, por lo tanto, tampoco diálogo ni compromisos de los que la
troupe argentina fue a buscar y que pudieron ser un bálsamo para la
gestión de La Libertad Avanza (LLA), que atraviesa una de sus peores
turbulencias políticas y económicas. Por lo tanto, los hermanos Milei y
Caputo subieron a un avión a las 0.39 desde el Aeropuerto de Miami y
llegaron esta mañana al territorio argentino.
El revés político que
anoche recibió el Gobierno por parte del Senado, que rechazó el pliego
de Manuel García-Mansilla como miembro de la Corte Suprema, ya había
malhumorado al Presidente desde su aterrizaje en Florida del sur. Fue
contenido por su hermana, la secretaria General de la Presidencia. El
que aparentemente no cumplió ningún papel fue Luis “Toto” Caputo.
Ante
la falta de un encuentro de primer nivel con Trump, el titular del
Palacio de Hacienda no se sentó a conversar con corredores del FMI ni
con los funcionarios de la Casa Blanca que pudieran ayudarlo a destrabar
el mentado acuerdo de 10 mil millones de dólares.
La delegación
argentina también se quedó con las ganas de conversar sobre una posible
rebaja en los aranceles a productos extranjeros resuelta por Trump. Y
del acuerdo de libre comercio, ni hablar. El retorno a la Argentina fue
con las manos vacías y sin selfie. Sólo hubo un premio de una ONG
ultraderechista por ser el mejor alumno de lo que para el Partido
Republicano siempre fue el “patio trasero” del continente.