Con el PJ bonaerense -principal partido de la alianza que conformará el
peronismo- controlado por Máximo Kirchner, el gobernador necesita tener
la alternativa de un andamiaje jurídico-electoral propio para
participar de la elección. Todo indica que será el Frente Grande, un
partido controlado por Mario Secco. A fines de abril, el intendente de
Ensenada encabezó una asamblea partidaria donde fue aprobada la
conformación de una coalición con los partidos que integran el MDF. Por
estas horas, la discusión central pasa por la designación de apoderados.
Kicillof quiere que el nuevo frente incluya también apoderados de su
armado político con un sistema de firmas cruzadas. Una manera de
garantizarse que, sin su aval, el kirchnerismo no se quedará con las
listas seccionales. Esa condición da cuenta de las desconfianzas con la
que se viene construyendo los cimientos del nuevo frente electoral
peronista.
Por Casa de Gobierno desfilaron este lunes los jefes
territoriales más cercanos al gobernador. Se pudo ver a Secco, Jorge
Ferraresi (Avellaneda), Andrés Watson (Florencio Varela), Juan José
Mussi (Berazategui), Julio Alak (La Plata). También referentes clave que
trabajan para el acuerdo como Alberto Descalzo y Federico Otermin
(Lomas). Este lunes, Kicillof se reunió en La Plata con Sergio Massa y
Máximo Kirchner. Hubo total hermetismo sobre las definiciones
electorales. Apenas dejaron correr que se logró avanzar en "una agenda
común, con unidad, en torno a los principales problemas que afectan a
los argentinos". Las discrepancias surgieron apenas unas horas después
del encuentro cuando desde La Cámpora le informaron al entorno del
gobernador que Máximo Kirchner también integraría esa mesa. En el
Movimiento Derecho al Futuro entendieron que ese grupo quedaba
completamente desequilibrado para negociar la unidad.